Es de esas cosas que resultan inauditas y difíciles de creer. Un medio de comunicación acusa a otro ante los tribunales de plagio con el resultado de que tras el juicio la sentencia estima que los plagiadores… fueron ellos.
Esto es lo que ha pasado cuando El Mundo demandó a PERIODISTA DIGITAL por un supuesto plagio de un artículo sobre la muerte de una secuoya en California. La argumentación de la sentencia no tiene desperdicio.
Además de las acusaciones de vulneración de propiedad intelectual, competencia desleal y reproducción de viñetas, El Mundo incluía la de plagio asegurando que PERIODISTA DIGITAL había fusilado un artículo sobre la muerte de una secuoya californiana.
Pero no es que el juez desestime tal afirmación, sino que llega incluso a dejar entrever que quien cometió el plagio fue el propio diario El Mundo cuando una de sus redactoras de su redacción de Madrid firmó el artículo sobre la secuoya como escrito por ella cuando en realidad lo copió del San Francisco Chronicle.
Y además la periodista de El Mundo tuvo la desfachatez de incluir declaraciones textuales entrecomilladas de varios agentes forestales californianos como realizadas a ella presencialmente, cuando habían sido hechas a un reportero del diario californiano.
La sentencia se recrea en este tema dedicándole una importante extensión:
“Se imputa a PERIODISTA DIGITAL haber incurrido en plagio al publicar el artículo titulado ‘El frío y la edad matan al segundo árbol más viejo del mundo’. (…) Ahora bien, no es sólo que la demandada [PERIODISTA DIGITAL] niegue rotundamente haberse nutrido del trabajo de la actora [El Mundo] para confeccionar el suyo propio; es que, mucho más sencillamente, niega también haber confeccionado ella misma artículo alguno ya que, como puede comprobarse, periodistadigital.com, haciendo gala de su técnica de ‘revista de prensa’, asegura en la propia publicación reproducir un artículo que expresamente atribuye a Glen Martin, citando como fuente la edición del diario norteamericano San Francisco Chronicle.”
“Teniendo en cuenta que en el reportaje se incluyen manifestaciones textualmente atribuidas a Richard H. Martin, superintendente del Parque Nacional de Las Secuoyas sito en el estado de California, así como a Mary Anne Carlton, quien, al parecer, presta sus servicios como agente o guarda de dicho parque, y, en fin, a otros responsables de la institución como Alexandra Picavet, la hipótesis según la cual la periodista de elmundo.es Olalla Cernuda, a quien [El Mundo] no atribuye en la publicación la condición de profesional destacada en California –ni siquiere en EEUU– con algún grado de permanencia, se habría desplazado hasta el referido lugar para cubrir esa información recabando tales manifestaciones de sus protagonistas directos, es una hipótesis mucho menos verosímil que aquélla otra –que es la que la demandada [PÈRIODISTA DIGITAL] plantea– con arreglo a la cual elmundo.es se habría nutrido, en definitiva, de la misma fuente informativa que la que, con expresa mención de su origen, incluye en su página periodistadigital.com, esto es, el artículo de Glen Martin publicado en el diario norteamericano San Francisco Chronicle.”
“El contraste apreciable entre, por un lado, la normalidad y consiguiente credibilidad intrínseca de la versión ofrecida por la demandada [PERIODISTA DIGITAL] en relación con el origen de su reproducción y, por otra parte, el escaso grado de verosimilitud de que goza la originalidad que la actora [El Mundo] atribuye a su artículo periodístico, sería circunstancia capaz de alterar, en todo caso, el criterio ordinario o común de distribución de la carga probatoria.”
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