El reparto de las nueces

El reparto de las nueces

«Es un juego cínico. Un birlibirloque de palabras destinado a vender la burra, sin que se note demasiado, y de forma que quien así lo quiera pueda decir que no está pasando lo que está pasando«. La Tarde con Cristina. Cadena COPE.

Los ojos rasgados de odio de Txapote y de Amaia van a lucir desde esta mañana en la sombra. Pero van a esperar agarrados a los barrotes que pase el tiempo. 50 años cada uno, dicen los jueces. Es para redimir socialmente el secuestro y posterior asesinato del concejal del PP de Ermua, Miguel Ángel Blanco. ¿50 años? Ja. La risa no es mía, es de la jefa de los capturados de la banda. Ay.

Txapote está orgulloso de lo que hizo. Lo reconoció delante de todos. Chilló que seguía perteneciendo a ETA y nos advertió que el terrorismo seguirá hasta la independencia del País Vasco. Ángel Aramburu Sudupe y Jesús María Etxeberria Garicoetxea se jactaban también esta misma semana de «ser militantes de ETA«. Por ejemplo.

Zapatero promete ante la prensa soberana que ya se dan las condiciones para dialogar con éstos. La principal era que se produjera «el abandono absoluto de la violencia«. Nos dicen que ya. Que se dan las condiciones para negociar con Txapote o con su novia. Con Aramburu o con el otro. Con ETA.

Junto a Cristina López Schlichting, José Antonio Sentís, Alfredo Semprún y, desde «el triste Bilbao«, Luis de Amézaga. Habla Luis.

Batasuna tiene la obligación de agitar mucho la noticia porque son los claros beneficiarios, los que prontamente van a legalizar. Pero, digamos, el nacionalismo que toda la vida se ha llamado moderado…no han armado el ruido que habitualmente todos hubiésemos esperado, ¿por qué? Pues está claro. Las nueces las han recogido entre todos: ETA, los nacionalistas y el partido socialistas.

Ya decíamos ayer que las herriko tabernas iban a gastar las existencias de txacolí. Tampoco han dejado gota de sidra. Nada.

Sonarán las trikitixas. Se embriagarán de gloria en las sedes, pero…¿y Miguel Ángel Blanco?

Aquel momento que flota
nos toca con su misterio.
Tendremos siempre el presente
roto por aquel momento.

Toca la vida sus palmas
y tañe sus instrumentos.
Acaso encienda su música
sólo para que olvidemos.

Pero hay cosas que no mueren
y otras que nunca vivieron.
Y las hay que llenan todo
nuestro universo.

Y no es posible librarse
de su recuerdo.

(José Hierro)

Yo no.

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