De cuarentaiun quilates

De cuarentaiun quilates

Polanco no quiere; los de Polanco no quieren. La investigación ha desvelado que el descarrilamiento no se produjo por fallos mecánicos o técnicos. Pero Polanco no quiere y la SER, digo, no puede. Lo de Valencia ha sido un obsequio de cuarentaiun quilates que don Jesús quiere pulir bien para luego concedérselo a los otros, a los otros suyos, me explico. Que aunque los informes digan lo contrario, vamos, no van desperdiciar la oportunidad de echarle los muertos al remolque de Camps, o sea de Rajoy.

Todavía estaban sacando pedazos de seres destrozados por la fatídica tragedia del metro de Valencia, aún hedía a carne quemada, sangre, gasolina y hierros, cuando a algunos representantes políticos y sindicales se les escapaba la diarrea por los micrófonos de los medios. Una rueda rota, nos decían, malas condiciones…Pero la criatura les nació torcida: la investigación descarta fallos técnicos en el accidente.

Es igual. Da lo mismo. Carles Francino, como todos, practica el riego por goteo en «Hoy por hoy«.

El exceso de velocidad provocó la tragedia y la ausencia de los más modernos mecanismos de frenado impidieron evitarla. Está mañana habrá que seguir pendientes de Valencia, con la línea 1 del metro, por cierto, ya funcionando a pleno rendimiento.

Más. Emilio Contreras, y todos, lo mismo.

Si finalmente se confirma que un problema de salud impidió al conductor reducir la velocidad al entrar en la curva estaríamos en el terreno de la fatalidad y de lo inevitable. La historia de la humanidad es también la historia de la lucha del hombre contra lo que en principio se consideraba inevitable, pero la razón le decía que no lo es.

La línea 3 y 5 del metro de Valencia ya cuentan con un sistema de seguridad que probablemente hubiera evitado este accidente, pero la línea 1 aún no lo tenía instalado.
….

Lo que ocurrió el lunes en Valencia fue que los medios que el hombre ha creado para luchar contra lo que se llamaba fatalidad aún no habían llegado a la línea 1.

Cuatro angelitos tiene mi cama cuatro angelitos que me la guardan, anoche, con Mara Torres. Hoy tenía todo dispuesto para despabilarme con Carles Francino. Me voy una semana larga a los sanfermines y cuando vuelva a enchufar el aparato Carles ya no estará. Quizá para nunca. Dicen que el jefe está contento por sus frases con cepos, pero que anda buscando a alguien que vaya a la Gran Vía vestido de cuero y con una fusta. Francino está bien, pero no su estilo Radio5. Los textos son irrefutables, pero leídos no consiguen arrancar el sopor de madrugada. Hace falta un café doble,cargado, y mezclado con Red Bull. Para él.

Hasta el lunes 17. ¡Viva San Fermín!

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