Hablan mucho, derrochan chistes con gracia y sin ella, salpican de datos y anécdotas cada minuto del programa, reúnen alrededor del micrófono a los mejores entrenadores y ex jugadores, en fin, se lo trabajan más que nunca. El problema -según Luis Oz, pseudónimo tras el que se oculta Felipe Sahagún cuando escribe de radio en El Mundo– es que, a la hora de la verdad, para enterarse de quién lleva el balón, dónde se encuentra, a quién y cómo se lo pasa, y cuál es el resultado del partido en cada momento, hay que ver la televisión porque en la radio no te enteras.
Perdono «el ambiente patriotero barato y casi chusco» que denuncia, con más razón que un santo, Roberto Gómez. «Sólo ha faltado en todas las emisoras el ¡a mí la legión!». Como él, en todo el Mundial he echado en falta, ¡Dios, cuánto he echado en falta!, a los dos Joaquines (Ramos y Díaz Palacios), a Ppe Bermejo, y, cómo no, al gran Matías: los buenos narradores.
La ausencia de RTVE de muchos partidos en este mundial nos impidió disfrutar más con algunos de los mejores, como José Angel de la Casa, Chema Abad e Iñaki Cano. Se nota la falta también de los grandes reporteros a pie de campo (Estrada, Cano, De la Morena, el propio Gómez).
La Ser, que tiene en Manolo Lama al mejor narrador, a menudo lo desaprovecha y Paco González, para muchos el mejor conductor de carrusel desde Vicente Marco, abusa un poco de topicazos. A Vicente del Bosque, el más sensato de los tertulianos, le dan poca cancha y las ocurrencias de Alcalá y de Romero, de Tomas Guasch y de Poli Rincón, con más o menos fortuna, llenan de fuegos artificiales el gran circo. El problema, repito, es que no te enteras de lo que está pasando en el terreno de juego.
En la Cope, bien la conducción de Edu García, aparatosa la transmisión de Pérez Sala, atinados los comentarios de Kiko y un poco flojos los de Fouto. Más vivo, entre los reporteros, Matallanas que Miguel Angel Muñoz.
En Onda Cero, Alfredo Martínez mejoraría sus transmisiones si abusara menos de motes y si comenzara en mi o en fa y no en si sostenido sus presentaciones, pues cuando llega al clímax del gol o de la gran jugada, aunque sea el mejor orgasmo de la fiesta, cuesta mucho creerlo. Excelentes, casi siempre, Angel Cappa e Irureta. Muy bien Ares.
De Punto Radio, un sobresaliente a Jorge D’Alessandro por sus comentarios, y otro a Pedrerol por su pilotaje. Ramos mejoraría si diera menos doctrina arbitral y Damián González también si defendiera un poco menos a Aragonés, pero las opiniones son libres.
RNE sigue siendo la más aséptica y, seguramente, la mejor para saber qué está ocurriendo en el campo de fútbol. Las narraciones de Abad, la conducción de López Terradas y los comentarios de José Vicente Hernáez merecen las notas más altas.
Resumiendo: con menos ji, ji, ji y más narración rigurosa de lo que ocurre en el césped, todos los oyentes saldríamos ganando.
