SER, no es amor, lo que tú sientes es una obsesión. A mitad de tarde, y sin ton ni son, la cadena de las videoconferencias con el misterio del otro lado de la vida; la emisora de la realidad arcana y recóndita, la que no se logra explicar ni comprender; la que ha entrado a la espiritualidad del Milenio 3 de la mano de Iker Jiménez, rinde culto a la diosa Razón: «Estar bautizado no significa ser católico«. Radioyentes, ¡que tiemble el misterio!
La frasecita es literal. Está recogida de una carta, respuesta a María José, firmada por el secretario de la Vicaría General del Arzobispado de Madrid. La bendita mujer quería romper del todo con la Iglesia Católica. Pero del todo, del todo. En octubre del año pasado se plantó y declaró su firme «voluntad de ruptura con la Iglesia Católica«. Que se acabó, vaya.
Según el Arzobispado de Madrid, el Bautismo no es prueba ni juzga las creencias poteriores de las personas bautizadas. Esta es la respuesta remitida por la institución a una mujer que inició los trámites de apostasía en octubre del año pasado. La carta escrita por el Arzobispado señala también que no existe un registro de católicos del que poder darse de alta o de baja.
Noticia del informativo de la Cadena SER a las cinco de la tarde. Si no quiere ser católico, pues, no hace falta que se borre. O sea, pertencer a la Iglesia es algo diferente a estar inscrito en el Casino Independiente de Buñuel. Repetimos, y vale lo mismo para María José, para San Pasarión o igual para Santa Catalina: El sólo hecho de estar bautizado no significa que uno sea católico. El no va más.
Los datos de la Conferencia Episcopal muestran que el 94% de los españoles están bautizados, aunque sólo el 77% se declara católico.
La arbitraria fijación de los medios de Don Jesús «el todopoderoso» con la Iglesia le lleva a la información más disparatada y, a su vez, contradictoria. ¿»Sólo el 77% se declara católico»? «Sólo». Hoy, ignorante, aprendo escuchando que España sigue sitiéndose en su inmensa mayoría católica. Vaya, vaya. Con el juicio medio trastocado, entiendo algo más lo que dejó escrito San Pablo: oportet et haereses esse. En cristiano, es necesario que haya herejes. De la información, por ejemplo.
