La viuda de Arafat se casa con el cuñado del presidente de Túnez

(PD/Agencias).- La viuda del presidente palestino, Yaser Arafat, Suha se ha casado en secreto con el cuñado del presidente de Túnez, Lahasn al-Trablusi, según informa hoy el diario israelí «Yediot Ajaronot».

El diario revela que, según una página web tunecina, la boda de la polémica viuda de Arafat se celebró hace unos días y menciona:

«La acomodada viuda del ex presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha vuelto a casarse con alguien cercano al poder».

El flamante marido de la millonaria Suha Arafat, al-Trablusi, es hermano de Leila Ben Ali, esposa del presidente tunecino Zine el Abidín Ben Alí.

El rotativo de Tel Aviv apunta que tanto la hermana como su marido, el presidente de Túnez, han dado el visto bueno al enlace. El casamiento siguió a una ola de rumores en Túnez, según los cuales al-Trablusi tenía previsto contraer matrimonio con la hermana de Suha Arafat.

Sin embargo, y según «fuentes fidedignas» citadas por el diario israelí, al-Trablusi se divorció hace unos meses para casarse con Suha y no con la hermana de ésta, y una de las razones principales parece ser «su interés en la cuantiosa fortuna de la viuda«.

Hace dos años, tras la muerte de Arafat, la Presidencia palestina, encabezada por Mahmud Abás, garantizó a la viuda que recibiría 22 millones de dólares al año, en virtud de un acuerdo que el propio líder palestino, Arafat, firmó en su lecho de muerte.

SU HISTORIAL: DISPUESTA A SACRIFICAR A SU HIJO

Desde su casamiento con el líder palestino Yasser Arafat hace más de una década, Suha Arafat se ha caracterizado por su estilo directo y poco diplomático.

En 2002, poco después de que su esposo condenara «todos los actos terroristas contra civiles», ella señaló a una publicación con sede en Londres que si tuviera un hijo varón:

«No habría mayor honor que sacrificarlo por la causa palestina».

En otra entrevista un año antes había declarado:

«Odio a los israelíes. Me opongo a normalizar las relaciones con ellos (…) Son responsables por los problemas de nuestros niños».

En 1999, durante un encuentro con la entonces primera dama de Estados Unidos, Hillary Clinton, acusó a Israel de envenenar el aire y el agua y causar cáncer a los palestinos.

Su interlocutora respondió acusándola a su vez de hacer afirmaciones que podrían perjudicar el proceso de paz en el Medio Oriente.

Ahora, mientras su esposo yace en coma en un hospital en Francia, Suha Arafat acusó a los líderes palestinos de:

«Hacer camarilla en contra de su marido y de tratar de enterrar a Arafat vivo».

Exilio

Suha Arafat creció en la fe católica en las localidades cisjordanas de Ramala y Naplusa. Dejó los territorios ocupados para asistir a la universidad en París, donde estudió en la Sorbona.

Su padre era un banquero, y su madre una conocida periodista palestina, Reemonda Tawil.

A través de su madre conoció a su futuro esposo y se trasladó a Túnez para trabajar para Arafat, cuando el líder palestino presidía la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) desde el exilio.

Se convirtió al Islam y se casó con Arafat en 1990, cuando ella tenía menos de 30 años y él más de 60.

De acuerdo a algunas versiones, han conducido vidas prácticamente separadas desde el regreso de Arafat a los territorios ocupados.

La hija de ambos, Zawha, nació en julio de 1995. Desde el comienzo de la segunda intifada, Suha Arafat ha estado viviendo con su madre y su hija en París.

Según informes, su apartamento en la capital francesa tiene imágenes de Jesús Cristo y del Papa, junto a otra del líder palestino en su juventud empuñando un arma.

Polémica

A pesar de la distancia, Arafat y su esposa se han visto envueltos en un escándalo común: la autoridades francesas señalaron recientemente que investigan presuntas transferencias de millones de dólares desde bancos en el exterior hacia la cuenta de Suha Arafat en París.

La revelación alimentó aún más acusaciones de corrupción en el seno de la Autoridad Nacional Palestina.

Suha respondió acusando al primer ministro israelí Ariel Sharon de filtrar a la prensa la investigación francesa para distraer la atención de sus propios escándalos de corrupción.

También acusó a los asesores de su marido de ser responsables de «transacciones corruptas», afirmando que:

«Cada flor hermosa acaba siendo rodeada de malezas».

Ese tipo de declaraciones no le han ganado adeptos entre los dirigentes de la OLP, muchos de los cuales la consideran «más francesa que palestina».

Ante la enfermedad del líder palestino, algunos analistas señalan que dado que Suha Arafat no tiene conexiones con la OLP, es poco probable que su influencia sobreviva a su marido.

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