Rushdie: `El terrorismo es glamour´

(PD).-Tras años de mantenerse en una especie de clandestinidad al ser condenado a muerte por el régimen teocrático iraní el escritor Salman Rushdie prácticamente ha recuperado lo que podría tenerse por una vida normal a caballo entre tres grandes ciudades: Nueva York, Londres y Bombay.

Además, no ha dejado de hablar sin tapujos de temas como la religión o el terrorismo, como hace en una entrevista que publica el diario “El País” en la que, pese a negar ser un experto en esta última cuestión, responde a varias preguntas sobre el tema.

Para empezar y frente a las habituales preguntas/afirmaciones de la periodista sobre lo malos malísimos que son Bush y Blair (a Aznar no lo nombran, es de suponer que por no ser la reportera española), el escritor tiene muy claro que no se puede frivolizar con los motivos tras la barbarie terrorista:

Siempre hay motivos para la crítica, incluso para la indignación. Sin embargo, hay algo que todos hemos de tener claro: el terrorismo no consiste en la persecución de objetivos legítimos a través de cualquier tipo de medios ilegítimos. Sea lo que sea lo que quieran lograr los asesinos, de lo que no cabe duda es de que la instauración de un mundo mejor no forma parte de sus objetivos; sus esfuerzos se encaminan más bien hacia el asesinato de inocentes.

Según Rushdie, hay muchas razones por las que alguien decide hacerse terrorista, como el personaje central de su última novela, y una de ellas es, sorprendentemente, cierta atracción que el autor de “Los versos satánicos” describe como Glamour:

Sí. El terrorismo es glamour, no sólo, pero también. Estoy firmemente convencido de que entre los terroristas suicidas existe algo así como una fascinación por la muerte. Muchos están subyugados por el funesto hechizo que emanan estos actos demenciales; el terrorista suicida se engaña a sí mismo imaginando un brillante acto heroico cuando en realidad lo único que hace es saltar absurdamente por los aires y quitar la vida a otros.

También habla en la entrevista de los diferentes tipos de terrorismo, señalando importantes diferencias entre aquellos que se crean como fruto del fanatismo religioso y los que tienen otro tipo de fines, entre los que cita a ETA:

En el caso de los vascos de ETA parece que se ha logrado por lo menos poner en marcha el proceso, y creo que hay que agradecérselo en buena medida a Bin Laden; los dirigentes vascos no quieren ser como él. Por lo que respecta al IRA, ha sido decisiva la pérdida de credibilidad entre sus propias gentes, que ya no veían ningún sentido en seguir librando esa violenta lucha clandestina. Por lo menos, la posibilidad de reconvertir a largo plazo antiguas organizaciones terroristas en partidos políticos no es una idea utópica. Podría funcionar en el caso de aquellos grupos cuyo leit motiv fundamental no es el fanatismo religioso.

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