La incompetencia recompensada

(PD).- Es la excepción que confirma la regla, al empezar desde la base, como administrativo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y convertirse, nada más y nada menos, en su secretario general, el séptimo de su historia. No causa indiferencia a nadie; cuenta con defensores y críticos por las innumerables gestiones que ha llevado a cabo a lo largo de su carrera, iniciada en 1962.

Sin embargo, y a pesar de llevar casi 10 años al frente de Naciones Unidas, no ha sido capaz de resolver ningún frente político, en parte por la deteriorada imagen de su organización, que por desgracia se ha ganado la fama de ineficaz y escasamente respetada, según informa Ana del Paso en el semanario Época.

Aunque Kofi Annan tiene la ventaja de conocer la ONU de cabo a rabo, lo que engrasa notablemente los resortes de la eficacia, más aún teniendo en cuenta la envergadura mastodóntica de su organigrama. Su primera misión fue encargarse del presupuesto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la última, lidiar -una vez más- en Oriente Medio.

Como no se presentó ningún otro candidato a la Secretaría General de la ONU, el 29 de junio de 2001 Annan fue reelegido para el puesto por cinco años más. Los 189 miembros de la Asamblea General votaron unánimemente a su favor, y el 1 de enero de 2002 inició su segundo mandato. Sin embargo, en esta segunda etapa tuvo que afrontar el escándalo de corrupción protagonizado por su hijo Kojo Annan, que estalló en diciembre de 2004, cuando se descubrió la relación de éste con una empresa vinculada al programa Petróleo por Alimentos en Irak.

De hecho, se llegó a pedir incluso la dimisión del secretario general, que no llegó a cuajar. La polvareda fue mayúscula porque precisamente fue Kofi Annan quien, en 1991, viajó a ese país para autorizar la venta de una cuota de petróleo para comprar ayuda humanitaria. El Consejo de Seguridad había aprobado el embargo total a Iraq con el fin de que el Gobierno iraquí cumpliese las resoluciones impuestas por la ONU después de que Sadam Husein invadiese Kuwait.

De buena cuna

Nacido en la ciudad ghanesa de Kumasi, es el tercero de cinco hijos, gemelo de Efua, su hermana favorita, que murió en 1991. Criado en el seno de una familia acomodada y de la etnia fante (la predominante en Ghana), Kofi Annan supo aprovechar las oportunidades económicas que su padre, un reputado hombre de negocios, le dio para estudiar en los mejores centros. Se licenció en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Kumasi. Después estudió en el Macalester College de Saint Paul, Minnesota (Estados Unidos); en el Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, centros en los que se especializó en Economía y Gestión de Recursos.

Su escalada en Naciones Unidas ha sido lenta. Ha ocupado puestos de responsabilidad en la Comisión Económica para África, y en los departamentos de Personal, Administración y de Presupuesto, lo que le permitió conocer las entrañas de la ONU. Uno de sus predecesores, Javier Pérez de Cuéllar, le dio la oportunidad de pasar de los despachos a la acción en territorio comanche. Fue durante la primera guerra del Golfo Pérsico cuando tuvo que demostrar sus dotes persuasivas al conseguir de Sadam Husein la liberación de rehenes occidentales y de trabajadores asiáticos.

Desde que ingresó en el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, en 1992, trabajó directamente para el entonces secretario general, Boutros Boutros-Ghali, a quien con el tiempo sucedería al frente de la ONU. En esa etapa, lidió con Serbia hasta conseguir los acuerdos de paz de Dayton (12 de noviembre de 1995), que supusieron el fin de la guerra en Bosnia-Herzegovina y el inicio de las misiones de paz (Unprofor e IFOR) de la OTAN en la antigua Yugoslavia. Pero no todo fueron aciertos para él. A pesar de contar con información privilegiada, no anticipó el genocidio de tutsis en Ruanda de abril de 1994, ni fue capaz de frenar las matanzas de la localidad bosnia de Srebrenica en ese mismo año.

En 1995, fue nombrado secretario general adjunto, hasta que llegó su ascenso definitivo, justo un año después. La oposición de Estados Unidos a la reelección de Boutros-Ghali y el visto bueno de Francia -ese a que prefería un francófono al frente de la ONuU/strong>- le colocaron como favorito para hacerse con el cargo de secretario general.

El 17 de diciembre de 1996, la Asamblea General aceptó la candidatura de Annan, quien inició su mandato el 1 de enero de 1997 por un periodo de cinco años. Su prioridad fue reorganizar Naciones Unidas, pasando por el recorte de mil puestos de trabajo y de gastos; más tarde, abordaría la reforma del Consejo de Seguridad y la reacción de unidades de intervención inmediata, mejor preparadas que los cascos azules.

También puso en marcha la Corte Penal Internacional y, en el ámbito negociador, convenció a Sadam Husein para que permitiera las inspecciones de los enviados de la ONU que buscaban armas de destrucción masiva. Uno de estos inspectores, Richard Butler, proporcionó información confidencial al Pentágono, que Estados Unidos utilizó para sus ataques aéreos contra Iraq Fue un jarro de agua fría para Kofi Annan, a quien salpicó el escándalo una vez más.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído