Google y Microsoft recrudecen la guerra por el dominio de Internet

(PD/Agencias).- «I’m going to fucking kill Google» (Me voy a cargar Google). Cuenta la leyenda que así reaccionó el ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer, al saber que uno de los arquitectos de Windows se pasaba a Google.

Escribe Ainhoa Gomà en ADN que, hasta entonces, no había por qué preocuparse: Microsoft fue durante los 90 y el primer lustro de siglo XXI líder indiscutible del sector informático. La aparición de Google, un simple buscador gratuito para la Red no provocó ni un pestañeo en la empresa de Bill Gates.

Google es hoy un competidor de peso y lanza programas que compiten directamente con Microsoft. Este último se ha despertado y ya prepara un buscador que podría integrarse en el navegador Explorer. Además, los nuevos Windows y Office están a la vuelta de la esquina. La guerra por Internet ha empezado.

Google ha decidido usar la web como plataforma de trabajo: la idea es que un programa on line puede ser tan bueno como uno de escritorio y además beneficiarse de la interactividad que ofrece Internet.

Recientemente, nacía en su versión Google Apps for your Domain, herramientas gratuitas para empresas propias del paquete Office, pero de uso exclusivo por Internet. También Google está desarrollando hojas de cálculo y procesadores de texto que buscan competir directamente con Excel y Word, respectivamente.

ERROR INICIAL

El error inicial de Gates al creer que la batalla no tendría lugar en Internet puede subsanarse pronto. Microsoft está apunto de lanzar nuevas versiones de sus productos estrella: el nuevo Office aparecerá antes de finales de año y con una importante baja, el gestor de correo Outlook, pero con diversas aplicaciones on line. El nuevo Windows Vista saldrá a la venta, si no se anuncia otro retraso, en enero de 2007. Entre otras novedades, ya se ha hecho público que incluirá las aplicaciones llamadas Windows Live!, las cuales vivirán entre el escritorio habitual del ordenador e Internet.

El contraataque se prevé aún más sangriento: los de Bill Gates están desarrollando su propio motor de búsqueda, al que quieren dotar de una potencia superior a la de Google y, si les dejan las leyes antimonopolio, incluirlo por defecto en cada Windows del mundo. Si lo consiguen, el buscador de Google, su buque insignia, podría ser destronado tan súbitamente como lo fue Altavista, el programa estrella antes de nacer Google.

Si la leyenda de Steve Ballmer es cierta será una guerra sin cuartel.


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