Elena de Regoyos (Periodista Digital).- La feroz y marrullera guerra de El Mundo contra ABC, para hacerse con el espacio mediático del centroderecha, se presenta este lunes cargada de pólvora en sus páginas editoriales, desde donde manda al lector a leer esto en la sección de Comunicación: «Nunca El Mundo estuvo tan cerca de El País. Nunca el ABC estuvo tan lejos de El Mundo. Nunca La Razón estuvo tan cerca de ABC.»
A nadie se le da el autobombo como a el director de El Mundo, estrategia a la que saca un jugo de lo más provechoso. Sin embargo, no es todo como lo pintan, y ya le gustaría a El Mundo que, como dice en su crónica (€)en la sección de Comunicación, en un par de años se produjera un corrimiento de tierras por el cual las cosas quedarían así:
«EL MUNDO disputando el liderazgo a El País y La Razón a punto de alcanzar a ABC»
Le gustaría, sí, pero los hechos son que todo sigue igual entre la prensa de pago de información general: El País es el más leído, seguido de El Mundo, ABC y La Razón, por este orden.
Sin embargo, y ante la imposibilidad de contar con información objetiva lo que a El Mundo le gustaría -que es superar a El País y hundir a ABC-, se escuda en la opinión del editorialista (€), que es la del director, para decir cosas como las siguientes:
«Quienes se hayan sorprendido por la virulencia con que tanto el perpetuo órgano del Partido Socialista como el veterano portavoz de la derecha tradicional -pasmosamente convertido en segundo piloto de la escudería gubernamental- están desencadenando su actual ofensiva de otoño contra EL MUNDO, pueden encontrar hoy la explicación en nuestras páginas de Comunicación.
No somos nosotros quienes tenemos que echarnos flores, pero es evidente que junto al rigor y dinamismo de sus informaciones, la centralidad transideológica de sus opiniones y el pluralismo de sus grandes columnistas, la clave del éxito de EL MUNDO es la credibilidad de su periodismo de investigación.»
Tanto se cree el director de El Mundo sus propias teorías conspiranoicas, que las traslada incluso al campo mediático español, haciendo cierto el refrán de que «cree el ladrón que todos son de su condición»:
«El pánico de El País y ABC ante la caída -en el segundo caso, desplome– de sus difusiones y la constatación de que nuestras investigaciones sobre el 11-M van proporcionando a los ciudadanos datos esenciales que de otro modo desconocerían, es lo que les ha hecho perder los nervios hasta empeñarse en una alocada campaña de desprestigio contra EL MUNDO en la que todo vale»
Si bien Pedrojota Ramírez siempre se las ha dado de ser el látigo del poder, lo ostente quien lo ostente, quizás debiera mirarse su propio ombligo, como poderoso de la comunicación que es, y no dar consejos como el siguiente. ¿O teme ser tratado como él trata a los políticos? ¿Acaso el segundo periódico de pago de información general de España no es alguien poderoso a quien mirar con lupa, como él mismo presume de hacer con los políticos? Entonces no se entiende esta frase:
«Dejen de investigarnos a nosotros y pónganse a investigar todo lo que le importa a la sociedad española, incluido el 11-M».
Tanto se le suben a la cabeza unos pocos lectores más a El Mundo que se permite licencias literarias tan originales como la siguiente en la parte más seria de un periódico, su editorial:
«Que no se llamen a engaño estas dos hermanas Sisters«
Con eso y otra insistente invitación a los lectores de ABC para irse con El Mundo, que reproducimos a continuación, poco más hay que decir:
«Y nos seguiremos sintiendo muy honrados de acoger entre los nuestros a aquellos lectores que se sientan decepcionados por la renuncia de otros diarios a cumplir con ese mismo cometido.»
