Duelo de papel: El País vs El Mundo


(PD/Agencias).- Muy crudas deben de estar las cosas, para que el siempre distante Juan Luis Cebrián saliera a la palestra y dijera:

«El País está vendiendo en septiembre 20.000 ejemplares más que en el mismo mes del año pasado, lo que supone una reversión de la tendencia en la circulación del diario».

Explican C. Caballero y P. Tena en El Economista que hasta el pasado 29 de septiembre el todopoderoso consejero delegado del Grupo Prisa nunca se había dignado a proporcionar datos mensuales del periódico en declaraciones públicas.

Las cifras de Prisa se suelen enviar como hecho relevante a la CNMV y lo del otro día hay que interpretarlo como una maniobra para salir al paso de lo que se llevaba comentando desde principios de año:

El País, el buque insignia de Prisa junto a la Cadena Ser, perdía lectores peligrosamente en beneficio de otros periódicos, como El Mundo.

Cae 7,5 en seis meses

El propio grupo de medios presidido por Jesús de Polanco se había visto obligado a reconocer esa tendencia negativa en el informe sobre los resultados semestrales enviados a la CNMV en julio.

Prisa afirmaba que en los seis primeros meses del año, la difusión de El País había caído hasta un 7,5 por ciento desde el mismo periodo del año anterior. Mientras tanto, El Mundo pregonaba a los cuatro vientos su evolución positiva: en el primer semestre del año había conseguido aumentar un 4 por ciento su difusión.

Nerviosismo

En la sede del Grupo Prisa, en la madrileña Gran Vía, 32, se empezaron a poner nerviosos. De fondo, en la guerra por las audiencias, estaba el estruendo generado por Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, con las revelaciones sobre el 11-M que alentaban la teoría de una conspiración del Gobierno socialista para destruir pruebas que vinculaban a ETA con el peor atentado de la historia de España.

El País no había entrado en esa batalla durante los primeros meses del año. Todo cambió en septiembre, cuando en el diario dirigido por Javier Moreno se publicó a toda página unas declaraciones del ex minero Suárez Trashorras, a quien el periódico de Pedrojota Ramírez había entrevistado poco antes, en las que decía:

«Mientras El Mundo pague, yo les cuento la Guerra Civil».

Así, se daba a entender que el ex minero, acusado de haber facilitado los explosivos del 11-M a los terroristas islámicos, estaba cambiando su declaración a El Mundo, donde había insinuado que ETA podía estar detrás del atentado, porque el diario de Unedisa pagaba jugosos cheques.

La guerra estaba declarada

El País había decidido entrar en el controvertido tema del 11-M. Los resultados no se hicieron esperar, y a finales de septiembre, después de que el diario de Prisa desplegara toda su artillería para desmontar las tesis de El Mundo, un Cebrián triunfante daba los datos de venta antes mencionados: 20.000 ejemplares más que en septiembre de 2005.

Con todo, el gran perdedor de esta guerra mediática (ya que de informativa tiene poco) ha sido ABC, que ha perdido 70.000 ejemplares de enero a agosto. Desvinculado de las tesis del núcleo duro del Partido Popular que arropan a Pedrojota Ramírez, el periódico dirigido por José Antonio Zarzalejos decidió alinearse con las líneas de El País:

la teoría de la conspiración en torno al 11-M es «puro delirio», afirman en ABC.

De hecho, Zarzalejos en persona hizo unas durísimas declaraciones a principios de septiembre que dejaban claro su distanciamiento del PP:

«En los últimos años ha habido intentos del anterior Gobierno de tener un ABC sometido, que no han llegado a fructificar porque el periódico tiene hoy garantizadas sus señas de identidad».

Toda una declaración de intenciones sobre la línea editorial que a partir de entonces iba a seguir el diario: confrontación cero con el Gobierno socialista, denuncia de los, en su opinión, malos modos del PP intentando «socavar el Estado de derecho».

La reacción no se hizo esperar

Pedrojota Ramírez, que vio en la línea tibia de ABC una oportunidad para captar lectores de centro derecha descontentos con la política de Zapatero, escribió un editorial a principios de octubre en el que afirmaba:

«Quienes se hayan sorprendido por la virulencia con que tanto el perpetuo órgano del Partido Socialista [en referencia a El País] como el veterano portavoz de la derecha tradicional -pasmosamente convertido en segundo piloto de la escudería gubernamental- están desencadenando su actual ofensiva de otoño contra El Mundo, pueden encontrar hoy explicación en nuestras páginas de Comunicación».

Dentro del diario, un extenso reportaje explicaba cómo «nunca El Mundo estuvo tan cerca de El País, nunca el ABC estuvo tan lejos de El Mundo, y nunca La Razón estuvo tan cerca de ABC». El propio Pedro J. reducía su «búsqueda de la verdad sobre el 11-M» a una guerra entre diarios para conseguir más lectores.


‘El País’ sigue líder

Sin embargo, y como afirma un directivo de uno de los medios cercanos al Grupo Prisa, «la realidad, pese a lo que le gustaría a Pedro J., es que El País sigue siendo el diario líder de ventas en España, y no va a ser fácil que eso cambie».

También hay opiniones distintas, que afirman que esta guerra en torno al 11-M esconde en realidad una lucha por las ventas. El que más tiene que perder es el periódico de Prisa.

«Pedrojota Ramírez es especialista en estas batallas. Al final, todo se verá como una persecución contra El Mundo por intentar contar la verdad, y El País será acusado otra vez de actuar a las órdenes del Gobierno socialista».

Esta dura batalla mediática, que se reproduce cada cierto tiempo (en el año 2004 también hubo un enfrentamiento entre El País y El Mundo a cuenta de la imputación del presidente de Telefónica por un supuesto delito de información privilegiada), ha generado asimismo, como en cualquier guerra que se precie, desertores, vencedores y vencidos.

Después de que Federico Jiménez Losantos pidiera desde su programa de la Cope en directo a los suscriptores de ABC que se dieran de baja, algunos han seguido la consigna al pie de la letra, pero sorprendentemente también le han secundado ex trabajadores del diario.

Alfonso Ussía, veterano ex columnista del diario, escribió hace dos semanas en La Razón un duro artículo en el que explicaba sus razones para dejar de comprar ABC. Por otro lado, el presentador German Yanke, de Telemadrid, fue cesado por lo que él mismo argumentó «una represalia por no secundar la tesis de El Mundo sobre el 11-M». La batalla sigue, ahora sólo queda esperar y ver quién será el próximo en caer.

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