Los mosquitos del Supremo

En este solar de Celtas e Íberos no falta de nada. Tenemos buenos pero también maliciosos; políticos interestelares que desean que «la Unesco legisle para todos los planetas» y recatervadas de regidores tribales que se emboban cada mañana, tarde y noche mirándose con catalejo al ombligo. Pero además, unos cuantos mosquitos que vuelan junto al que duerme y zumbando le obligan a que despierte. Me explico.

En esta España zapateril los nacionalistas campan a sus anchas. Quiero; pues toma. Dame; aquí tienes. Más; lo que quieras, cari. De esta manera, los modernos, van royendo la Constitución en busca de modelos premedievales. Y fundamental de necesidad, la escuela. España, brrrrr. Euzkadi, Països Catalans y, si eso, Al Andalus. Contra esto, Federico, profesor del instituto antiguo, ha creado con César Vidal un espacio «para inmigrantes, nuevos españoles y víctimas de la Logse.» Cachondos.

Losantos: Vamos con las cuatro barras de Aragón.

César Vidal: Usted sabe que sobre las cuatro barras circulan muchas leyendas. Está la famosa leyenda aquella de Vifredo El Belloso. Lo de Vifredo El Belloso no se lo cree nadie. (…)El nacionalismo catalán ha pretendido después encontrarle otros orígenes consciente de que lo de Vifredo El Belloso no tiene ni pies ni cabeza. Por ejemplo, Fluviá ha insistido en que las cuatro barras era el escudo del Conde de Barcelona y que de ahí habría pasado a la Corona de Aragón. El libro de Fluviá yo creo que es uno de esos ejemplos de eructo nacionalista, en el cual, aparentemente existe una cierta consistencia histórica y no pasa de ser propaganda.

El origen de las cuatro barras tiene un origen bastante claro, que se encuentra en la segunda mitad del siglo XI. Concretamente, en un viaje que realiza el aragonés Sancho Ramírez a Roma en el año 1068, con una intención que es muy clara, y es que como Aragón es un pequeño Reino que se está descolgando de las montañas hacía el valle, necesita una cierta protección y esa protección la busca en el Papa. Y de hecho, Sancho Ramírez acepta convertirse en vasallo del Papa, pues precisamente si no porque era la gran potencia, si no territorial y política, por lo menos moral, de la época.(…)

Y a partir de ese momento es cuando precisamente aparecen las barras. Porque esas barras rojas y oro son los colores propios de la Santa Sede. (…) Y eso que empieza con Sancho Ramírez lo acaba consagrando Alfonso II, que es Rey de Aragón.

Es decir, estamos hablando de un origen que en absoluto es Catalán, entre otras cosas porque Cataluña todavía no existía.

Acaba la clase de estos mosquitos zumbones y llega «la noticia de que la Audiencia Nacional confirma el procesamiento de Otegui y los demás imputados por pertenencia a ETAAlbricias. No todo el Estado parece que duerme frente a estos tipejos que han desgraciado, en base a leyendas clavadas con taladradora, la vida a inocentes que pasaban por allí. Una caricia por fin para estas pobres dobles víctimas. Me congratulo. ¡Zuuuuuuuuuuuu!

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído