Enrique de Diego (Periodista Digital)-. Los hooligans y peones negros varios, tan histriónicos en sus críticas contra mí, habrán sufrido un sincope al leer que el diario El Mundo intenta retornar a la cordura y me da la razón en el reconocimiento de la autoría islamista. Algo que produce sarpullidos en quienes parecen haber desarrollado más una mentalidad de secta que de debate racional.
El Mundo ha recuperado (a lo Queipo de Llano) algo ya conocido, como es el hecho de que una serie de cintas de los integristas no fueron traducidas por falta de intérprete y por posible desidia del juez-estrella, Baltasar Garzón (al que el diario El Mundo ha canonizado laicamente varias veces).
También ha recordado algo que causó sorpresa como fue su marcha a Estados Unidos en relación con una posible mala conciencia sobre esa falta de celo. Oculta El Mundo, eso sí, que la Unidad Central de Información (UCIE) dejó de hacer seguimientos porque recibió órdenes de peinar el recorrido de la boda de los príncipes.
La información publicada por El Mundo no tiene más valor que el de la vendetta contra Garzón, cuya vieja alianza con Pedrojota se ha trocado, informe del ácido bórico de por medio, en manifiesta enemistad.
CHAPUZAS PATENTES
Pero a raíz de esa información, el diario que dirige Pedrojota se puntualiza y se distancia de la teoría conspirativa inventada por Luis del Pino y difundida con ardor por Jiménez Losantos. La conspiranoia tiene como uno de sus efectos perversos la falta de depuración de responsabilidades por negligencias, ya que estas pasan a considerarse hechos misteriosos y esotéricos.
Estoy abierto a cualquier hipótesis siempre que se presenten pruebas o indicios. Pero hay negligencias y torpezas que, como ciudadano, me interesa que se corrijan y una de ellas es que no se pueden hacer seguimientos ni pinchazos telefónicos sin luego traducir su contenido, porque eso es una chapuza monumental.
Ya he contado, por ejemplo, como funciona el mercado negro de explosivos en Asturias, relacionado con subvenciones fraudulentas. La coordinación policial brilla por su ausencia. Policía Nacional y Guardia Civil son compartimentos estancos. Tenemos un modelo policial competitivo.
De nada sirve engañar a los ciudadanos indicando que varios organismos policiales hacían seguimientos paralelos, o tenían confidentes, cuando es de sobre sabido que no comparten información.
INSALUBRE PARA EL PP
Tampoco se puede ser tan hooligan para no recordar que en aquellos momentos gobernaba el PP, y resulta llamativo ver a gente que se muestra muy partidaria de ese partido, pero que hace un flaco favor a ese partido, porque, si fuera verdad muchas cosas de las que dicen, toda la cúpula de ese partido tendría que abandonar la vida pública.
Y, por supuesto, el PP cometió errores manifiestos como no evaluar el incremento de riesgo de terrorismo islamista a raíz del apoyo del Gobierno a la intervención norteamericana en Iraq. Esto de ‘los nuestros’, que todo lo hacen bien, y ‘los otros’, que todo lo hacen mal, o es estalinismo mostrenco, o efecto perverso de las listas cerradas.
RECTIFIACIÓN
Habló El Mundo, en su editorial de su número del lunes($), de “ineficacia de las Fuerzas de Seguridad y del sistema judicial”. Que es lo que vengo diciendo, a pesar de los bramidos de tirios y troyanos. Añade que
No faltará quien a continuación objete que El Mundo incurre en una contradicción: apuntar a la trama islamista cuando en otras ocasiones hemos señalado hacia otras hipótesis. No hay tal contradicción porque la implicación islamista es compatible con otra trama superpuesta o complementaria.
De lo que no hay ninguna duda es de que un grupo de islamistas participó en los atentados del 11 M bien como autores materiales, bien como cortina de humo. Nunca hemos negado esa evidencia.
Algunos gárrulos que se asoman por esta web y dejan comentarios estúpidos e insultantes bajo mis análisis o deberían pedirme disculpas o arremeter contra Pedrojota. No espero ninguna de las dos cosas. Pero la conjunción de ambas sería lo coherente.
Vamos, para los de los pantalones al revés, que los terroristas integristas se suicidaron en Leganés.
