Elena Gijón, la sustituta de la copera Carmen Martínez Castro al frente del mediodía de Onda Cero, tras asumir el reto de hacer audible el mensaje de Rajoy en la selva mediática, llama cada día a Pilar Cernuda para que le cuente chismorreos políticos. Pues, según le cuentan a la Cernuda, Montilla no coge el teléfono a los señores de Ferraz. Blanco y Chaves no tienen quién les conteste. ¿Pepe, Pep, estás ahí?
Del dúo informativo Cernuda-Jaúregui, que cada mediodía conectaban con las noticias de Juan Pablo Colmenarejo, con la Castro y ahora con la Gijón ha caído él y sólo ha quedado la informada Pilar Cernuda, la de las múltiples fuentes.
«Bueno, tengo un dato curioso, que me dice alguien que lo puede saber. Me dicen que se han equivocado, que piensa CIU que se han equivocado ellos mismos y se han hecho mucho daño, al insistir en que el PSC, y por lo tanto Montilla, estaba a las órdenes de lo que mandaran en Moncloa o mandaran en Ferraz, porque en cierto sentido, dice alguna gente de CIU, (…) el tripartito es lo que no quería de ninguna manera José Luis Rodríguez Zapatero, que es el que gobierna.»
O sea, que como se barruntaba, Zetapé, el del PSOE, apostaba por Mas, el de CIU. No querían que de nuevo se formara un collage de Govern que se convirtiera en un sonrojante diario para un Gobierno de España que se encamina a las elecciones municipales del año que viene y las nacionales, de España, del siguiente. Con un Carod en el tripartito de Montilla, no. Así difícil. Más difícil.
«Bueno, pues me cuentan que hasta ese punto Montilla quiere marcar distancias, precisamente con Zapatero y con Blanco, con Ferraz y con el Gobierno, que no se le pone al teléfono ni a Blanco ni a Chaves. Que han estado llamando este fin de semana para intentar evitar que llegara a ningún tipo de acuerdo con Carod-Rovira y que no se les ha puesto al teléfono. Precisamente para demostrar que él es quien toma las decisiones sin interferencias del Partido Socialista.»
Tras las elecciones nacionales, de la segunda nación en España, del pasado uno de noviembre, quedó la duda de quién iba a decidir sobre los posibles pactos, si Madrid, es decir, Zapatero, o Barcelona, es decir, Montilla. A Zapatero le puede sentar a cuerno quemado, pero ha vencido Montilla. Es lógico: Si el PSC no es el PSOE, si se fomenta el federalismo y hasta el cantonalismo, si no paramos de darle Red Bull al sentimiento nacionalista, pasan cosas de éstas. Es la primera derrota de ZP. De Zapatero Presidente.
