Elena de Regoyos (Periodista Digital).- El programa de TVE ’59 Segundos’ nació en octubre de 2004 como una iniciativa de Miguel Barroso, por entonces Secretario de Estado de Comunicación, para «blanquear» la cadena, y con esto se entiende hacerla pasar por plural. Sin embargo, el PP descubrió el pastel y ahora el percal pinta bien distinto.
Debajo de la alfombra de este programa hay más pelusas de lo que en apariencia se pudiera pensar. Para empezar, los tertulianos salen cada lunes del Aula Magna de la Complutense, donde se graba, con el bolsillo bien pesado. Salvo Pedrojota Ramírez -que ingresa por programa 6.000 euros-, los participantes cobran, según su «caché», 600, 1.200 ó 2.000 euros.
Sueldos de escándalo -teniendo en cuenta el ERE por el que se despedirá a 4.000 trabajadores de la casa- que salen directamente de la productora, Globomedia, propiedad de José Miguel Contreras, íntimo amigo, a su vez, de Miguel Barroso, que fue quien creó el programa. Y lo hizo, en octubre de 2004, con la intención de «blanquear» TVE que, como cadena pública, pecaba de arrimarse al sol que más calienta, que este caso es el Gobierno de turno.
Barroso, gran conocedor de los medios y con buenos contactos en ellos, ideó el programa para venderlo como el espacio plural de que carecía TVE, con tertulianos de todos los colores políticos. Sin embargo, el Partido Popular descubrió el pastel y se negó a seguir participando, quitándole casi la mitad de esa pluralidad de la que alardeaban, como se puede ver en las palabras de la directora del programa, Esther Pérez:
«El programa seguirá siendo fiel a la pluralidad de opiniones, no hay una lista cerrada de tertulianos y nos gustaría contar con personajes políticos de toda índole».
PEDROJOTA, EL TERTULIANO CLAVE
Para dar esta imagen de pluralidad, se incluye entre los tertulianos «amigos» -de ideología afín al Gobierno del PSOE, sino del mismo PSOE- a alguno de opinión contraria, como es el caso de Pedrojota Ramírez, director de El Mundo. Con quien, por otro lado, Barroso intentaba que Zapatero se llevara bien. Resulta significativo que sea el único que cobra la desproporcionada cantidad de 6.000 euros por programa, mientras que los demás se llevan 600, 1.200 ó 2.000 euros, según su caché.
Y como principal rival de Pedrojota en este ring de las ideas, colocaron a Carlos Carnicero, que acabó abandonando y cuyo «puesto» ha sido ocupado, en esta última temporada del programa, por Miguel Ángel Aguilar y Margarita Sáenz Díaz, que recientemente protagonizó uno de los momentos más polémicos del programa al afirmar que la FAES subvenciona a Ciutadans de Cataluña.
EL PP Y MORALEDA, SUS PUNTOS DÉBILES
Pero el programa de Globomedia está cojo desde que al final de la primera temporada el Partido Popular se negara a seguir participando, una vez supo de la estrategia de Barroso de lavado de cara del Ente Público.
El siguiente tropezón del programa fue el relevo de Barroso por Fernando Moraleda. O lo que es lo mismo, el relevo del profesional de los medios de comunicación por el político, que se mueve en el sector mediático con dificultad. Mientras Barroso hacía la jugada de forma sutil, haciendo pasar a la cadena pública como una nueva TVE, donde todas las opiniones caben, Fernando Moraleda ha demostrado tener, con las mismas intenciones, mucha menos picardía, vetando abiertamente a determinados periodistas en las tertulias de RNE y amenazando abiertamente a los medios que no se plieguen a sus intereses.
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