El cinismo y el histrionismo conforman el carácter de la derecha pagana

Enrique de Diego (Periodista Digital)-. Uno de los hechos más llamativos, y de consecuencias más nefandas, del momento es que el debate ha devenido en un ajuste de cuentas entre facciones de la izquierda. Antiguos comunistas y maoístas disputan acaloradamente con sus antiguos camaradas, con abundantes acusaciones mutuas de traición.

Se vuelve a trincheras abandonadas o contra las que agriamente se combatía. En la zarabanda parecen darse batallas fundamentales, cuando, en propiedad, se legitiman unos a otros. Lo único que hacen es repartirse el mercado, proscribiendo los debates fundamentales y necesarios.

La izquierda encuentra en sus desertores unos cómodos adversarios, mientras éstos últimos epatan al burgués bienpensante con su celo de conversos y su falta de escrúpulos morales en todo lo relativo a la búsqueda de la verdad y en la capacidad para establecer consignas mostrencas.

HISTRIONISMO

El juego a veces parece divertido. En realidad es histriónico. No sirve para nada. He ahí la lacerante paradoja:

Mientras a la Patria cada vez le va peor cada vez les pinta mejor a sus presuntos salvadores.

Uno de los males del esquema es que, aunque se abjura de los postulados, se mantienen los métodos y esa izquierda y esa derecha que con tan aparente saña se combaten coinciden en el paganismo, amén de en la amoralidad y el mercantilismo.

Ambas, la izquierda y la derecha pagana son partidarias del aborto, de la eutanasia y del asesinato de los embriones con fines científicos. Proscriben cualquier debate ético sobre la manipulación genética, el gran problema de nuestro siglo, como ha diagnosticado Paul Johnson.

CINISMO

Ambas son igual de miopes en percibir que los males que padecemos no encontrarán solución sin un rearme moral de la sociedad que conduzca a una regeneración de nuestra democracia.

En el fondo, el esquema está lleno de cinismo y, de hecho, incluso al nacionalismo se le combate con otras formas de nacionalismo, porque se pretende, y en eso ningún ex ha salido de la casa común de la izquierda, de su herencia marxista, convertir la política en un sustituto de la religión.

Se difunde de esa manera un patriotismo vacuo, apariencia sin contenido, porque sin ley natural no hay sociedad, ni nación que pueda sobrevivir, ni tan siquiera hay lenguaje y comunicación.

DISOLVENTES DE LA PATRIA

Y la izquierda y la derecha paganas están de acuerdo en la inexistencia de la ley natural. También lo están en su impronta economicista y en la práctica de una mostrenca moral de éxito, remedo de la hegeliana, que aquí se expende en ventas e índices de audiencia (de dónde la verdad ha de estar, por fuerza, en El Gran Hermano de pastaflora y corral de verduleras).

La izquierda pagana y la derecha pagana son dos fuerzas disolventes de la sociedad y de la Patria, aunque los juegos florales que mantienen engañen a buena parte del respetable, creyendo éste que tanta disputa ha de servir para algo, cuando ninguna de ellas entraña solución sino que forman parte, ambas, del problema.

El diario El Mundo de Pedrojota Ramírez representa esa derecha pagana, sin valores, anticristiana, y por ende incapaz de defender los valores occidentales y de poder sustentar un proyecto nacional.

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