A Fraga le gustó nacer

La entrevista rezuma una inocultable melancolía; Chopin ayuda a crear el clima adecuado para el desarrollo del encuentro. Tiene momentos más vigorosos, aunque sus casi 84 años no es de extrañar que le frenen. Francino, un ensueño en la SER, entrevista a don Manuel, que precisa con puntería para que no le adivinen. Fraga es el siglo XX español. Fraga es historia.

Era un pollopera de trece años cuando empezó la Guerra Civil, «y dieciséis cuando terminó, por lo tanto.» Aquel 18 de julio Fraga padre era el alcalde del pueblo. Pero fue en unos ejercicios espirituales cuando don Manuel decidió que lo suyo iba a ser la política.

«También barajé hacerme religioso».

La excusa por la que han llevado con su bastón al octogenario senador hasta la casa de don Jesús es por la publicación de su «Sociedad y valores».

Pero lo más carnoso de la media hora lo pone Carrillo. Recordando la mítica presentación de Fraga al comunista en una conferencia del Club Siglo XXI, Francino le deja al «sabio» de Gemma Nierga hacerle una pregunta.

«Señor Fraga. ¿Qué habría que hacer para recuperar el estilo en las relaciones entre el Gobierno y la oposición, que había cuando usted era el jefe, según sus propias palabras, de la leal oposición al Gobierno de su Majestad?»

Fraga: «Yo creo que la oposición debe ser leal, y lo es ahora también, porque cuando el gobierno se equivoca hay que decírselo. En eso consiste la lealtad

No. No iba por ahí Santiago. Francino le aclara la cuestión.

«Pero, ¿a usted le entra en la cabeza, de verdad, y se lo planteo un poco en abstracto, que un Gobierno y una oposición estén afrontando un proceso como el de ahora, de intentar poner fin al terrorismo de ETA, y que no vayan de la mano?»

Y Fraga le dice que para lealtad leal, pero leal, leal, el pacto del Tinell, o sea que aquí cabe hasta ETA, pero el Partido Popular ni hablar. Fuera. Bais, bais.

«Mire usted, yo lo que sé es que la primera vez en la historia de España, no en la reciente sino que digo la de todos los tiempos, que se hace un pacto como el del Tinell para excluir a un partido(…), eso limita muchísimo las posibilidades de la leal oposición. Pero hay una oposición muy leal, porque es leal a España y es leal incluso a un Gobierno que creemos totalmente equivocado. Porque quiere revisar una Transición absolutamente modélica,… Por primera vez desde las Cortes de Cádiz, España tiene 30 años de razonable paz, (…) y algunos quieren volver a empezar

Y, a cuenta de la visita del dictador Obiang, resulta que aprendemos que este pedazo de la historia contemporánea fue el que firmó el Acta de Independencia de Guinea Ecuatorial, el día del Pilar de 1968. No es que sea un episodio para lanzar las campanas al vuelo pero tampoco nos vamos a poner en plan noventayochista. Bastante tenemos con lo de ahora. Ni hablar.

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