(PD).- El arranque de la campaña electoral para las municipales y autonómicas de 2007 está a la vuelta de la esquina. Los cerebros electorales, como mandan los cánones, empiezan a decretar la caza del indeciso. En realidad, un ancho yacimiento de pacientes y aturdidos ciudadanos que se aleja del estrépito político como quien huye de la música bakalao. Pasan de política y no se retratan en las encuestas.
Según publica El Confidencial Digital, son las piezas más perseguidas por los cazadores de votos porque finalmente son los indecisos quienes acaban inclinando el fiel de la balanza. En el equipo del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, se percibe el nerviosismo propio de las vísperas. Se ocultan los sondeos. Se cuida la llama de las velas. Se hacen las cuentas del Gran Capitán. Se elaboran estrategias y se ficha a los publicistas. O, al menos, se intenta.
El caso es que Blanco ha contactado con Juan Campmany, el presidente de la agencia publicitaria DDB que diseñó la campaña electoral del PSOE de 2004 y el creador del aquel bálsamo al que llamaron ZP, para que dirija también la de la próxima cita con las urnas. Sería algo así como la vuelta de un hijo pródigo a la política, aunque, como se suele decir, por la puerta de atrás y no a la primera línea.
Y dicen a Garganta Profunda los que conocen algo de los entresijos del fichaje, que la cifra solicitada por Campmany a Blanco -en la anterior cita electoral de municipales y autonómicas los socialistas gastaron 12,5 millones de euros- ronda los veinte millones de euros, cantidad desorbitada incluso para el secretario de Organización del PSOE, aunque es un extremo sin confirmar. Pero, de ser cierta la pretensión del presidente de DDB, demostraría que hay quien se sabe vender, y a qué precios, teniendo en cuenta que entre sus clientes han destacado Audi, Wolkswagen, BBVA o Chupa Chups, y además, que el negocio de la comunicación puede ser muy, pero que muy rentable.
