(PD).- Hace cinco años, cuando era ministra, hacían chistes sobre ella y le pintaban como un personaje insulso, de escaso calado y poca influencia. Hoy es una de las grandes líderes del PP. Una presidenta que no pierde nunca la compostura, que sube como la espuma en las encuestas y a la que sus más directos rivales temen como a la peste.
El ex ministro José Bono dijo en su día, con ánimo de erosionar su imagen y bastante mala intención, que Esperanza Aguirre «besa de día y muerde de noche». La imagen no es muy afortunada, pero hay pocas dudas de que algunos, como el socialista Simancas la podrían hacer suya.
Rara es la sesión del Parlamento madrileño en la que Esperanza no lamina a su principal adversario. Y a estas alturas mucho se dice y escribe sobre una posible Esperanza Aguirre presidenta… de España. Tanto quienes lo desean como aquellos que se horrorizan con la idea contemplan la posibilidad, que es lo realmente significativo.
AGUIRRE Y LA THATCHER
¿Sería Esperanza Aguirre una `Dama de Hierro´ versión española? Los hay que confían en su tendencia al centro. En cualquier caso, ella misma se ha confesado siempre admiradora de la Thatcher, hasta el punto de -ya metida en política- protagonizar una anécdota propia de club de fans.
Ella misma lo cuenta en su recién presentado libro autobiográfico «La presidenta»:
«Esperanza nunca ha disimulado su admiración por Margaret Thatcher, por eso cuando ésta viene a Madrid a dar una conferencia al Círculo de Jóvenes Empresarios y la Librería Crisol, de la calle Juan Bravo, y anuncia que va a firmar libros de sus memorias Los años de Downing Street, «Esperanza Aguirre, Juan Soler y yo mismo —cuenta Fernández-Lasquetty— fuimos a hacer cola, aunque habían dicho que sólo dedicaría los diez primeros ejemplares y que los restantes se limitaría a firmarlos.
Esperando nuestro turno, nos encontramos con el periodista Juan Cruz, amigo de Esperanza porque sus hijos también estudian en “el británico”, y cuando llegamos hasta Margaret Thatcher, Juan Cruz se la presentó a Esperanza y le dijo que era concejala del Ayuntamiento de Madrid. Fue con la única que la Thatcher se puso de pie y estuvo un minuto hablando».»
No obstante, para llegar a lo más alto, Aguirre tendría que vencer al que se presenta como su principal rival político, aunque compeñero, Alberto Ruiz Gallardón, que según una encuesta de Expansión-Ipsos, Gallardón es el líder político mejor valorado de este país, por delante de propio Zapatero y de la omnipresente De la Vega.
EL «PRIMER CABALLERO» DE LA PRESIDENTA
Poco se sabe de la vida familiar de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Tampoco es fácil encontrar documentos gráficos de Aguirre junto a su marido o hijos, que siempre se han mantenido al margen de la vida política.
Sin embargo, según se desvela ahora en `La presidenta´, ella no tiene ningún reparo en reconocer que no es buena educadora. Lo que no quiere decir que sea mala madre. Cansada de que le pregunten cómo concilia vida familiar y laboral, ha decidido sólo responder cuando le pregunten lo mismo… ¡a Bono!
Entrando en esta parcela particular, ella misma desvela los detalles en el capítulo 11º de su libro, «Fernando y sus hijos», que reproducimos a continuación:
«A Fernando Ramírez de Haro su trabajo le exigía estar continuamente fuera de Madrid, pero la flexibilidad de horarios le permitió ocuparse muy directamente de sus hijos: —Mi marido es un gran educador de niños, para él lo importante es darles seguridad en sí mismos. Y lo onsigue. Es capaz de ponerle mucho tesón y quedarse una noche en vela si alguno de ellos necesita que hable con él. Mi padre era un encanto de hombre pero no era muy buen educador —reconoce Esperanza—, mi marido sí lo es y yo soy bastante mala, la verdad, más bien como mi padre.
[…] Nunca los he mandado (a sus hijos) a estudiar fuera porque nunca he tenido dinero para ello, bastante teníamos con pagar «el británico». Alguna vez han ido a Francia a casa de unos amigos nuestros de Salamanca que viven allí.»
VIDA FAMILIAR Y PRESIDENCIA
Como Michelle Bachelet, cuya elección como presidenta de Chile en enero supuso todo un reto mediático, obligada siempre a responder cómo compaginaría su vida familiar con la presidencia, a Esperanza Aguirre le hace la misma poca gracia este prejuicio machista:
«Piensa que el día que le hagan esta misma pregunta con idéntica insistencia a los hombres de negocios, a los políticos, a los médicos, a los taxistas o a cualquier padre de familia que llega a su casa del trabajo por la noche estará en disposición de contestar. ¿Por qué a José Bono, a Alfredo Pérez Rubalcaba o a Jordi Pujol nunca les hacen esta pregunta?»
Como todo hijo de político, Álvaro, el menor de Esperanza Aguirre, no lo tuvo fácil con sus compañeros de clase:
«Como casi todos en la familia de Esperanza, Álvaro también señala el 96 como el año que marcó una frontera, el antes y el después en la carrera política de su madre… y en sus idas: «Hasta que llegó al ministerio éramos una familia normal. De repente, la cosa cambió. Fue un poco de shock, de pronto estaba en todos los periódicos, en todos los programas e informativos, empezaron incluso a manifestarse en la puerta de casa… Luego vino la campaña de ridiculizarla por todo, el Caiga quien caiga… Fue jodido, sí. En la facultad, la gente te miraba de otra forma, sabías que hacían comentarios por detrás, pero con tus amigos de siempre no había problemas, porque ya te conocían de antes y, además, sabían que la mitad de las cosas que decían de ella eran mentira.Al principio fue un horror, pero luego nos acostumbramos, aunque siempre pensamos que aquello iba a ser pasajero.»
—–
ENLACE RELACIONADO:
– Bachelet, presidenta y mujer, ¿y qué?
– Bono: «Aguirre es de las que besan a mediodía y muerden de noche»
