(PD).- Esperanza Aguirre ya no sabe cómo decir que no se queja de su sueldo. Y con Gallardón, discrepancias, haberlas haylas, pero sin rencores. Algo así vino a decir este lunes Esperanza Aguirre en el progama de Ana Rosa Quintana, donde se desdijo de lo más polémico, matizó lo molesto y se reafirmó en lo más «in», como su expresión de que «Gallardón es cojonudo».
«Es que soy un poco mal hablada»,
explicó Aguirre a Ana Rosa, que sacó a relucir los aspectos más polémicos del ya conocido libro biográfico de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Pero lo que allí interesaba era hablar de sus más que críticas frases sobre Gallardón, que atajó con un
“No niego que ha habido discrepancias (citó le elección en el PP de Madrid), pero están superadas. ¿Quién no tiene discrepancias? Yo tengo ocho hermanos y las hemos tenido”.
El asunto lo da por zanjado, más aún cuando en el acto en la estación del Metro (en el que se produjo el beso recogido en todas las portadas):
“Alberto llegó con cara enfadada, pero se marchó con una cara mejor”.
ESPERANZA, LA BIEN PAGÁ
Aunque, dejando aparte lo político, lo que más ha chocado de su biografía es que dijera que «no llego a fin de mes». Y Ana Rosa le pidió explicaciones, vista la polvareda que levantó entre sus colaboradores semejante afirmación. Es una frase –argumentó- sacada de contexto, y además ya había comentado: “No me quejo del sueldo”. Entre otras cosas, comentó, porque siendo funcionaria sabe que nunca le va a faltar, si deja la política y vuelve a ejercer de aquello.
Aguirre reconoció, en cualquier caso, que se trata de “una frase desafortunada”, y pidió disculpas expresas.
