Échese una bota al hombro en París

El vino es una bebida obtenida de la uva mediante fermentación alcohólica de su mosto; la fermentación se produce por la acción de levaduras que transforman los azúcares del fruto en alcohol y anhídrido carbónico. Primera lección. Algunos políticos franceses han concluído que lo mejor para acabar con el botellón de vodka y red bull es ir enseñando a los jóvenes que lo mejor es el morapio. Sábado noche en París, guapos, engominaods, bien arreglados y con la bota al hombro. Lo veo.

«Parlamentarios franceses proponen que los niños reciban clases sobre los beneficios del vino. La iniciativa busca una solución al declive de la bebida en el país galo. La exportación y el consumo local del vino han caído con fuerza en un país donde los vinicultores son una figura histórica. Los tiempos cambian y un 92% de los menores de 25 años prefieren otra bebidas alcohólicas.»

La idea no desentona en una sociedad donde Papá-Estado nos superprotege. Los parlamentarios franceses también están al tajo. Por cierto, la noticia la da el informativo de las cinco de la cadena SER.

El informe, más que en los beneficios del vino per se, se centra en la promoción del producto autóctono:

«Enseñar a nuestros hijos sobre los productos regionales, cómo se cultivan y se transforman para adquirir su sabor (…) ayudarlos a mantener su salud y promover las demandas de calidad y respeto por la naturaleza».

Viendo la tele, el mundo se carcajeó mientras alucinaba observando como se daban vueltas por la pasarela las escurridizas modelos, bota al hombro. Amaya Arzuaga las había diseñado psicodélicas, rockeras, punks, de todo. Ahora Amaya se reirá del mundo. ¿Se entiende lo que es una visionaria? A Sébastien y Vincens se las mandaré sencillas. Sin marca.

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