¿Prensa en el Parlamento iraquí? Sí, pero vigilados

(PD).- Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha valorado la decisión del presidente de la Cámara de Diputados de Iraq, Mahmud Al Machhadani, de autorizar de nuevo el acceso de los periodistas a la sede del Parlamento.

Tras dos semanas de ausencia, los medios de comunicación pueden reanudar la cobertura de las sesiones parlamentarias. Sin embargo, continúan sometidos a algunas restricciones y serán vigilados de cerca por la policía.

“Atribuir a los medios de comunicación la responsabilidad de las revueltas confesionales es una ineptitud. Si los periodistas tienen deberes con respecto al tratamiento de la información, también tienen derechos que desgraciadamente cada vez se burlan más en Iraq. Restricción de la libertad de movimiento, cierre de algunos medios de comunicación y amenazas oficiales, forman parte del panorama diario de los periodistas locales”, señala RSF.

“Por otra parte resultan preocupantes las nuevas medidas anunciadas por las autoridades iraquíes, para la regulación de los medios. La frontera entre la protección y la seguridad del Estado y la censura es muy frágil. Hacemos un llamamiento a las autoridades para que den muestras de discreción y de prudencia”, añade RSF en un comunicado.

CENSURA PARLAMENTARIA

El 27 de noviembre de 2006 se prohibió a los periodistas el acceso al Parlamento, y al Centro Internacional de Prensa que se encuentra allí, y la transmisión en directo de los debates quedó interrumpida como consecuencia de un agitado debate sobre las tensiones confesionales que sacuden al país.

Varios diputados y partidos políticos protestaron por la decisión, al considerarla “anticonstitucional”. Según Mahmud Al Machhadani, las entrevistas de diputados, hechas por algunos periodistas, habrían provocado fuertes reacciones entre la población, exacerbando así las disensiones.

El Centro Internacional de Prensa, creado en 2003 por el ex administrador norteamericano Paul Bremer, en principio acogía a la prensa extranjera que cubría la guerra de Iraq. En él se proporcionaba también formación profesional a los periodistas iraquíes. El Centro, situado en la zona verde de Bagdad, dotado de conexiones a Internet e infraestructuras modernas de comunicación, permite que los periodistas locales trabajen con total seguridad.

Por otra parte, el 30 de noviembre de 2006 el Ministerio del Interior anunció la creación de una unidad de vigilancia de los medios de comunicación, habilitada para emprender acciones legales contra la prensa. El ministerio advirtió que adoptará todas “las medidas necesarias contra los medios que difundan informaciones engañosas” y que “no dudará en perseguirles en justicia, para impedir que desvíen a los iraquíes de la lucha contra el terrorismo”.

Esa unidad está encargada de ponerse en contacto con los periodistas, y sus respectivos medios, para pedir que publiquen, o difundan, desmentidos en relación con informaciones que se consideren falsas. En caso de que se nieguen, a los periodistas se les podría denunciar judicialmente.

En un comunicado hecho público el 27 de noviembre de 2006, el Ministerio del Interior se refería directamente a los canales de televisión por satélite, que

“intentan desorientar a la opinión pública y sembrar el caos en el plano político, difundiendo informaciones falaces que podrían quebrantar la confianza del pueblo en las fuerzas de seguridad, y poner en peligro la unidad de Iraq”.

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