Elena de Regoyos (Periodista Digital).- El tirón que la muerte del dictador chileno Augusto Pinochet ha supuesto para azuzar las ideologías profascistas, también le ha venido de rosas a los progres más dados a la manipulación. Principalmente aquí, al otro lado del charco, donde uno de los mayores representantes de este colectivo, Enric Sopena, ha visto una oportunidad de oro para pinochetizar a José María Aznar.
En el análisis que este ideologizado periodista publica en su periódico digital, no sabe por dónde atar cabos para lograr su descarado propósito de vincular la derecha española a la extinta dictadura chilena, y al final acaba mezclando churras con merinas, y éstas con los abuelos de un ciudadano chileno y de un presidente de Gobierno español.
`Sopena imagination presents´: Zapatero, Aznar y dos jóvenes chilenos en… «Manipulando la Historia y los nietos de la Historia»:
Miles de personas desfilaron ante el féretro. Un hombre de unos 40 años, Francisco Cuadrado Prats, se acercó al ataúd y escupió sobre el cristal tras el que se podía ver el rostro del tirano. Cuadrado Prats es nieto del general Prats, que fue asesinado con su esposa en Buenos Aires, donde se había exiliado.
[…] Hijos y nietos de un lado y del otro vuelven a defender o a repudiar al tirano.
[…] El paralelismo del Chile de Pinochet con la España de Franco es grande, aunque no idéntico. Me referiré a dos nietos, presidentes ambos de Gobierno. José María Aznar es nieto del periodista Manuel Aznar Zubigaray. Más allá de otras consideraciones, Manuel Aznar, acabó siendo durante décadas “el periodista de cámara” del Caudillo. Manuel Aznar, hijo –o sea el padre del ex presidente-, desarrollaba tareas propagandistas en el bando de los sublevados contra la II República.
José Luis Rodríguez Zapatero es nieto del capitán Juan Rodríguez Lozano, fusilado por sus compañeros insurrectos, poco después del ignominioso alzamiento, acusado de mantenerse leal al régimen republicano. Aunque historiadores revisionistas y periodistas cavernarios, amén de Alcaraz y sus secuaces -todos en la órbita del PP- hayan tratado de echar toneladas de mierda sobre su memoria, el capitán Lozano fue un militar socialista, de conducta intachable, masón, que no es ningún delito, cuyo legado no puede ser ni más conmovedor ni más cristiano en el sentido más evangélico del término.
