ZP quiere cargarse ahora la Fiesta Nacional

ZP quiere cargarse ahora la Fiesta Nacional

Juan C. Osta (Periodsita Digital).- A su compañero Borrell le salió el tiro por la culata. Él lo intentó con los emblemáticos toros de Osborne y ella, torera, va por todo lo alto. La ministra Narbona ha dejado que se le escape que la Fiesta Nacional tiene los días contados. El Gobierno Zapatero continúa ahora por estos lares con su próspera cruzada prohibicionista. ¿Globo sonda? Podría ser, pero los ánimos de los millones de aficionados ya no hay que los aplaque. La ministra recula, de momento, a toriles.

A las campañas intervencionistas del Gobierno se suma ahora la de Medio Ambiente, que ya está dándole vueltas para encontrar la manera de prohibir la muerte del toro en las corridas. Según El Mundo (€), Cristina Narbona dijo querer equiparar la Fiesta Nacional a la tradición portuguesa, en la que no se mata al animal.

Estas declaraciones de la ministra parecen la puntilla de lo que poco a poco viene siendo el final anunciado. No hace ni dos semanas que los compañeros del Partido Socialista en el Gobierno catalán, ERC, aplaudían porque la plaza de toros de Barcelona va a echar el cierre.

Los nacionalistas de ERC, más ICV, más el empujón necesario del PSC, han conseguido el objetivo: la temporada taurina 2007 será la última de la Monumental de Barcelona. Jordi Portabella, teniente de alcalde la ciudad condal de ERC, pensó que lo mejor es instalar en la plaza a los comerciantes de los Encantes, o sea el Rastro.

Tras la publicación de la noticia, Ángel Acebes, por parte del PP, ha comentado que es una muestra más de que el Gobierno «se dedica a crear problemas todos los días, a prohibirnos cosas, desde rotular en castellano a las corridas de toros, a lo mejor es porque se llama la Fiesta Nacional«.

La ministra ya ha respondido que no se trata de una «propuesta electoral«, sino que se trata de un comentario «a título personal«. Como si los ministros pudieran hablar en público a título personal sobre un ámbito de su competencia.

Según informaba este jueves El Mundo, durante la copa de Navidad que se ofreció este martes en el Palacio de la Moncloa, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, dijo querer equiparar la Fiesta Nacional a la tradición portuguesa, en la que al final no se mata al animal: «Hay que hacerlo gradualmente y quizá ya en la próxima legislatura, pero tenemos que intentar evitar ese momento sangriento final del toro«.

Aunque se trataba de una conversación informal, la ministra de Medio Ambiente, Narbona autorizó al diario El Mundo a publicar sus intenciones.

Las múltiples protestas, han hecho salir inmediatamente a la ministra a la palestra. Ha negado haber presentado una «propuesta electoral» en la que se contemple la prohibición de la muerte del toro en la plaza y aseguró que se trata de un comentario «a título personal«. Así, indicó que «debería superarse y reducirse la crueldad en la fiesta de los toros«, porque «cuanto menos crueldad tenga un país con los animales, más avanzado será en términos éticos«.

«Ya en el Parlamento Europeo hay una oposición cada vez mayor y, además, transversal, con detractores de los espectáculos taurinos en todos los partidos políticos».

La Unión Europea, según aclara el diario, considera las corridas de todos y la caza del zorro inglesa como tradiciones anacrónicas y brutales desde hace unos años.

«LAS CORRIDAS, INCLUÍDA LA MUERTE, SON UN RITO COMPLETO»

Asociaciones de aficionados, de criadores de toros de lidia y profesionales se le han echado encima a la ministra.

El presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, Eduardo Miura, ha manifestado que las corridas de toros son una tradición muy arraigada en España y que constituyen «un rito completo» que incluye la muerte del animal.

«De entrada no me parece bien«, ha dicho Eduardo Miura, quien ha observado que se trata de un rito «que acaba como acaba» y que en Portugal -donde el toro no muere en la plaza- se están replanteando la cuestión para que el espectáculo sea similar al de España.

Se preguntó si ésa es una idea «personal» de la ministra y si es compartida por el Gobierno y por el Partido Socialista, y advirtió que por ejemplo en Andalucía los socialistas apoyan ese espectáculo tal y como está regulado.

El presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia ha dicho que las corridas de toros son un espectáculo «al que cada uno es libre de acercarse«, y ha dicho que vienen de tradiciones «muy arraigadas«.

Eduardo Miura ha querido insistir en que no se obliga a nadie a ir a las corridas de toros, y frente a quienes denuncian que se trata de un espectáculo violento manifestó que «yo veo violencia todos los días en la televisión, y por eso no desaparecen muchas leyes«.

Acorralados, el gobierno ha salido en torada a desdecirse. Narbona dice tras la polvareda: «No hay en estos momentos una propuesta de este tipo«; el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, asegura que este asunto «no está en la agenda del Gobierno«; y el secretario de Organización del PSOE, José Blanco ha dejado bien claro que ése no forma parte de los compromisos electorales de los socialistas.

TAUROMAQUIA: ¿CULTURA O MALTRATO ANIMAL?

El filósofo José Ortega y Gasset explicaba que era impensable estudiar la historia de España sin considerar las corridas de los toros. La Fiesta Nacional no se puede explicar si no se admite su aspecto ancestral y popular, y si no se admite que el rito fue el principio del culto.

Los grabados de Goya con corridas, los toros de Picasso y la pasión del poeta Miguel Hernández que llegó a colaborar en la monumental obra de Cossío.

Algunos de los escritores y filósofos de la Generación del 98 no gustaban de las corridas de toros, pero no porque lo consideraran un espectáculo cruento, sino porque las culpaban del atraso de la sociedad española. Así, por ejemplo, Unamuno.

Posteriormente, la Generación del 27 en su mayoría fue amante de la fiesta, sobre la cual escribieron, pintaron y esculpieron. Federico García Lorca escribía:

«El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo».

No obstante, existen también grupos que consideran que el toreo es una práctica de excesiva crueldad que atenta contra los derechos de los animales, y que no puede ser considerada ni una manifestación cultural, artística ni deportiva. Narbona ha lanzado un mensaje para agradar a estos últimos para ver si los que consideran arte y cultura se iban a quedar silbando a la vía. ¡Menudo ha sido el sablazo!

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