(PD / Época).- Se escucha la voz, de tono grave, y siempre relajado, al otro lado del teléfono. Está en Bilbao. Compatibiliza el despacho de abogados con la presidencia de la Fundación para la Libertad. Hace ya cinco años que se dedica al sector privado. Pero desde su experiencia política, su mirada, tras el atentado de ETA en la T-4, puede arrojar luz sobre el complicado puzle político de hoy. Y desde la libertad de haber dejado los cargos políticos, recuerda. “A mí me han respetado en el partido. Nunca me han limitado de ninguna manera, ni personal ni pública, la posibilidad de decir lo que pienso”.
Lo cuenta en una entrevista concedida a Ana Portalo, que publica esta semana la revista Época. Se muestra muy cauto. Dice que no quiere encender más hogueras de las que ya arden en política.
-¿Cree que en Batasuna se apunta una posibilidad de renovación?
-No creo que tengamos que pensar mucho en lo que vayan a hacer los miembros de Batasuna, ni el entorno de ETA. Hay que establecer una estrategia que no depende de lo que ellos hagan, sino de nuestra voluntad.
-Hay quien interpreta que Otegi hizo una suave crítica al decir que las amenazas de ETA restan credibilidad al alto el fuego…
-Yo no lo interpreto, no le dedico un minuto. Ha habido un atentado brutal en Barajas y dos asesinatos: la forma de matizarlo de Arnaldo Otegi me parece una indecencia moral. Otegi, cuando asesinaron a Fernando Buesa, no fue capaz de oponerse a ETA. Y nunca se va a desmarcar de la banda terrorista; es un instrumento suyo y eso no ha variado ni lo hará, por desgracia. Por eso, no debemos darle mucha importancia a los dimes y diretes que hay en ese mundo y que ellos utilizan para dividir.
-¿Cree que ellos están divididos?
-No creo que exista una gran división en la izquierda aberzale. Están como cuando terminó la tregua trampa del 98: algunos quieren que ETA no vuelva a actuar, pero siguen junto a ella, etcétera. No va a suceder nada distinto a lo que pasó entonces. No debemos volvernos locos.
-¿Batasuna no condenará la violencia?
-Como ha quedado claro desde un punto de vista jurídico y político, es un instrumento de ETA. Y va a intentar ayudar a lograr los objetivos de la banda. Nunca va a haber una oposición rotunda, diáfana de Batasuna. excepto que consigamos derrotar a ETA; si lo logramos, ese mundo se librará de las ataduras que tienen con esa macabra organización.
-¿Cómo ve la iniciativa de ‘aislar’ parlamentariamente al PP en propuestas sobre terrorismo?
-PSOE y PP tienen que ponerse de acuerdo. Así que pienso que esto es un error grave. Tiene que discutirse todo lo que se plantee en las Cortes y no escudarse en ninguna conjunción parlamentaria para impedir una discusión.
-¿Qué opina de la polémica de las manifestaciones?
-A mi juicio, lo hicieron mal los que no pusieron desde el principio en el lema “libertad” y los que se justificaron para no acudir en el concepto de “libertad”. Con eso no se juega. Si uno dice que no va porque no se pone un principio que es irrenunciable, y es verdad, que es el de la libertad, y al final, se termina poniendo, se pierden las excusas. También creo que los convocantes estuvieron jugando al gato y al ratón, y eso no es bueno para nadie. Los sindicatos deben aprender a sacar una lección de lo que sucedió.
-¿Se ha perdido el ‘espíritu de Ermua’?
-Sí, y esa mínima complicidad que hubo desde la Transición en la lucha antiterrorista.
Lea la entrevista completa en la revista Época.
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