Sánchez Dragó, un huérfano entre los calabozos y la Filosofía

Sánchez Dragó, un huérfano entre los calabozos y la Filosofía

(PD / Época).- Nació en Lope de Rueda, esquina O’Donnell, en un Madrid que descubría los horrores de la guerra y donde su familia recibió la noticia de su horror particular: el asesinato de su padre, Fernando Sánchez Monreal, un periodista de raza que quiso viajar a Melilla para enterarse de lo que estaba ocurriendo.

Dragó ni se enteraba, claro, pero nacer en los tiempos de Caín le ha dejado para siempre un regusto amargo sobre la Historia de España, de la que piensa que casi está condenada a no entenderse, ahogada eternamente
en disputas goyescas.

Quizá por eso dice que viviría en otro país; de hecho, se ha recorrido medio mundo buscando un lugar mejor, y afirma que no tiene
más bandera que la pirata.

Renegaba del periodismo

Según informa Kiko Méndez Monasterio en Época, aunque hasta hace muy poco ha renegado de su condición de periodista, la verdad es que se acercó a las letras por ese camino, y muy precozmente, por cierto, que con tan sólo cinco años ya ideó, dirigió y redactó un periódico autógrafo, titulado La Nueva España, y del que todavía se conservan algunos ejemplares.

Sin embargo, a pesar de ser alumno del colegio El Pilar, no dirigió la famosa revista escolar Soy pilarista, quizá porque ya andaba coqueteando con el anarquismo, y lo contrario le parecería colaborar con el régimen.

Él estuvo siempre en contra, se afilió al PCE (Partido Comunista de España) clandestino y participó en las algaradas de finales de los cincuenta y principios de los 60, correrías que le valieron no pocos problemas con la justicia de la época: cinco procesos, 17 meses de cárcel y seis años de exilio, un currículo que ya querrían para sí muchos de los que ahora le acusan de reaccionario, y que en aquellos años escribían en la prensa oficial, juraban las leyes fundamentales del Movimiento o cantaban loas al Generalísimo.

«Resentido y rencoroso»

El caso es que durante una de esas detenciones se enteró de un secreto de familia. Fue en los calabozos de la Dirección General de Seguridad, cuando uno de los policías que le custodiaba le dijo que no era un verdadero comunista, sino un resentido y un rencoroso que no
podía perdonar que hubiesen matado a su padre
. Y, sin quererlo, el policía aquél le estaba descubriendo al joven Dragó todo un secreto porque, precisamente para evitar estigmas y resentimientos juveniles, a él siempre le habían contado que fue el bando republicano el responsable de su orfandad.

Y era lógico creerlo, porque Fernando Sánchez Monreal era un católico conservador, y no existía motivo aparente para que los nacionales pretendieran su muerte.

Dragó acusa a la envidia y a oscuros intereses personales de Juan Pujol, un personaje que aún mantiene calle en Madrid, a pesar de que el escritor hace poco se subió a una escalera para retirar su nombre y cambiarlo por el de su padre.

Compaginó el descubrir los calabazos de la Puerta del Sol con adentrarse en los secretos de la Filosofía, que estudió en la Universidad Complutense. Y los secretos del mundo, también, recorriendo cerca de 80 países, en muchos de los cuales residió temporalmente, porque ha sido profesor de Historia, Literatura o Lengua española en Italia, Japón, Senegal, Marruecos, Jordania, Kenia y Estados Unidos. Además de en España, donde también ha impartido clases en la Universidad.

Sigue en Época.

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