(PD).- La presidenta de la Comunidad de Madrid ha retirado su publicidad de la Cadena SER como candidata de su partido al gobierno regional en las próximas elecciones municipales de mayo. Esperanza Aguirre ha explicado que los ataques de Jesús de Polanco al PP traen algo positivo:
«todos pensábamos que El País y la SER no eran neutrales y ahora nos lo ha confirmado él».
No todos los líderes del PP han reaccionado con tanta energía como la dinámica Esperanza Aguirre, a los ataques de Polanco y el Grupo PRISA. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha sido más cauto y habla de «buscar soluciones«.
El alcalde de Madrid calificó el domingo la medida tomada por su partido de «una situación anómala que no tendría que haberse producido»:
«Hay que trabajar para buscar soluciones para resolver cuanto antes esta situación que no agrada nadie, pero debe quedar claro que el veto del PP no es un ataque a la libertad de expresión, como afirman los socialistas».
El líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijoo, dice que no quiere echar más leña al fuego y que manifiesta todo su «respeto por los excelentes profesionales del Grupo PRISA».
Feijoo ha puntualizado que «ha habido unas manifestaciones que exigen una matización del editor de PRISA«.
UN PUÑADO DE EUROS
El boicot del PP al Grupo PRISA y su presidente, se tradujo este sábado en la anulación de una campaña publicitaria en las emisoras de la Cadena SER del País Vasco.
Las cuñas de propaganda política estaban programadas hasta el próximo día 30. El coste de la campaña era de 1.800 euros. También se retiró otra en Albacete.
TERTULIANOS EN DESBANDADA
Varios colaboradores del PP en la SER han declinado participar más en sus programas. Este es el caso de Alicia Sánchez Camacho y José Luis Ayllón, comentaristas de A vivir que son dos días y La Ventana, respectivamente.
¿UN BOICOT INADMISIBLE O UN DERECHO LEGÍTIMO?
El presidente Zapatero afirma que la medida «restringe libertades y derechos», Mariano Rajoy esgrime su «derecho a actuar en legítima defensa«.
A partir de ahí, la decisión de los populares de dejar de atender las convocatorias de prensa solicitadas por el grupo de medios de comunicación ante la «agresión» que en su opinión representan las declaraciones de su presidente Jesús de Polanco ha suscitado reacciones más o menos encendidas en uno y otro bando.
Alberto Fernández Díaz, candidato del PP a la Alcaldía de Barcelona, afirma que la decisión del PP de «no conceder entrevistas» a los medios Prisa «no es un boicot»:
«La concesión de entrevistas a los medios es un derecho que tenemos los políticos».
Javier Arenas declara que «el Partido Popular acepta las críticas, pero lo que no podemos aceptar son las injurias, las calumnias y los insultos».
El presidente del PP andaluz exige a su vez «respeto» para «la política en materia de comunicación que nosotros decidamos».
Desde el bando socialista, Jordi Sevilla hizo el domingo una referencia al rifirrafe:
«He tenido el sueño de un partido de derechas moderno, laico, con ganas de conservar lo que hay que conservar y transformar lo que hay que transformar, como dijo Polanco. Pero me temo que para que veamos ese sueño hecho realidad tendrá que volver Fraga Iribarne, el único de ellos que parece tener sentido de Estado».
El ministro de Administraciones Públicas concluyó:
«Fraga fue de la dictadura a la democracia y ellos están yendo de la democracia a la predemocracia. Aunque el PP hable de España, le sobran la mitad de los españoles, los que no están de acuerdo con lo que dicen».
También el ‘alcaldable’ socialista en Madrid, Miguel Sebastián, tocó el tema.
Durante la clausura de la VII Convención Municipal del PSOE, Sebastián inició su alocución mostrando un ejemplar del diario ‘El País’ del domingo y declaró que era un día «importante para la libertad de expresión».
Muchos asistentes repitieron el gesto con sus ejemplares, que habían obtenido en las pilas de periódicos que desde primera hora de la mañana estaban disponibles en varios rincones del Palacio de Congresos.
El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, atribuyó la decisión ‘popular’ a la incapacidad de encajar críticas:
«Parece mentira que alguien que tiene el insulto en la boca todos los días tenga la piel tan delicada para recibir críticas. La doble moral que practica el PP es la mayor de las inmoralidades y lo vemos ahora, que quieren intimidar a un grupo de comunicación por el único delito de criticarles. Para Rajoy sólo dicen la verdad los periodistas que le elogian y le dan la razón en todo, y sólo son españoles los votantes del PP. Ésta es la visión de España que tiene».
