(PD/Agencias).- 33 informadores han sido asesinados en México desde 2000 y cinco desaparecieron. La Federación Latinoamericana de Periodistas denuncia la peligrosidad de México.
El periodista mexicano Saúl Martínez fue secuestrado en la norteña ciudad de Agua Prieta, en el estado de Sonora, por un grupo de desconocidos que, al parecer, pertenecen al crimen organizado.
El gobernador de ese Estado, Eduardo Bours, señaló que «por el tipo de armas largas utilizadas y la forma de actuar, sin amedrentarse», la acción la realizó el crimen organizado. El grupo armado secuestró a Martínez «en las puertas de la comandancia de Policía» de Agua Prieta, según un comunicado del Gobierno de Sonora.
Al parecer, Martínez intentaba ponerse a salvo en la comandancia policial. Bours dijo que «se tiene conocimiento de que el periodista de Agua Prieta tenía ligas (vínculos) con un ex policía que fue ‘levantado’ (secuestrado) también hace más o menos un mes». La prensa local señaló que Martínez, de 36 años, es periodista-editor del diario Agua Prieta.
Según la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), un total de 33 periodistas han sido asesinados en México desde 2000, a la vez que han desaparecido cinco informadores. En el período presidencial de Vicente Fox (2000-2006), México se convirtió en el número uno en atentados a periodistas en el mundo sin conflicto bélico.
Teniendo en cuenta las guerras, México se sitúa tan sólo por detrás de Irak, «país que sufre una guerra de intervención», dijo la semana pasada el vicepresidente de la FELAP, Teodoro Rentaría Arroyave. Además, señaló, «en los primeros cinco meses del Gobierno de Felipe Calderón, el fenómeno de atentados a comunicadores no cesa».
El asesinato más reciente contra un periodista ocurrió a principios de abril, cuando el periodista Amado Ramírez cayó víctima de una ataque a balazos en el balneario de Acapulco (Pacífico mexicano). El asesinato de Ramírez se registró cinco semanas después de que en la estación de la Policía Municipal de Acapulco se recibiera una llamada en la que un hombre anunció que, a partir de esa fecha, iban a «matar a 21 personajes y a periodistas de radio y televisión».
