La tele convencional hace aguas ante la inventiva de los internautas

(PD/Agencias).- El intercambio de archivos entre usuarios permite ver programas y partidos de fútbol de manera legal. Encuentros de pago en España son colgados en la red desde países donde se emiten en abierto.

El jueves pasado al mediodía, 15 horas después de que Lionel Messi consiguiera su golazo a lo Maradona, Audiovisual Sports, la empresa que tiene los derechos televisivos de la Liga y la Copa del Rey española, exigió a You Tube, la web de visionado de videos más popular del planeta, que retirara todas las imágenes del partido que los internautas habían colgado.

El golazo se siguió viendo en otras páginas. Y gracias a los programas de transferencia de archivos entre usuarios, es decir p2p, como el eMule, era posible bajarse el gol desde todos los ángulos, en todos los idiomas y en todos los formatos, incluso para el móvil.

Como subrayan Xavier Barrena y Manel de Luna en El Periódico, los intentos de Audiovisual Sports por detener la lluvia con la mano fueron, por tanto, inútiles. La tele a la carta sumaba un nuevo triunfo.

Y es que a las televisiones, internet les ha abierto varias vías de agua y faltan manos con que taparlas. La antigua demora que existía entre un episodio de una serie emitido en los EEUU hasta poder verse en Europa ha quedado reducida a horas, gracias a programas como eMule.

El paradigma de esta situación es la serie de suspense Perdidos. Según fuentes del sector, un capítulo de esta serie puede costar unos 60.000 euros a una televisión española de ámbito nacional.

Un anuncio de 20 segundos en la franja dominical de tarde –en la que se encuadró la primera temporada– sale a unos 8.000 euros en TVE-1. Y en horario de máxima audiencia entre semana, el precio se dispara hasta los 20.000 euros e incluso los 30.000, si es lunes.

AUDIENCIAS EN PICADO
Es decir, es relativamente fácil hacer negocio. Siempre y cuando haya quien la mire. Y si los mayores seguidores de la serie ya la han visto, y si aquellos que la serie capta se lanzan a seguirla por internet, las audiencias pueden caer en picado.

Más o menos pasa lo mismo con el fútbol. Mediapro ha comprado los derechos de emisión del FC Barcelona y del Real Madrid por más de mil millones (cada uno) y para los próximos 8 años.

A nadie se le escapa que el retorno de esa inversión debe venir, en gran parte, de los ingresos del pago por visión. Todos los partidos del Madrid y del Barça, sin embargo, son emitidos en decenas de países en abierto y siempre hay quien conecta su señal de antena al disco duro.

Eso permite el visionado, y además de manera legal, por la red, siempre que se cuente con un programa p2p (peer to peer, de igual a igual), como PPMate.

El pay per view se transforma así en peer per view, y por el camino se quedan los beneficios de las operadoras.

Ante este nuevo panorama, las grandes cadenas de televisión, y las productoras que les suministran los contenidos, solo tienen dos opciones: unirse al enemigo (ya que está claro que nunca lo podrán vencer), o bien idear subrepticias fórmulas publicitarias, que bordean la legalidad, para sustituir al obsoleto corte publicitario de los espots.

La primera opción es a la que se están acogiendo las grandes networks de EEUU: crean su propia página web en la que ofrecen la serie poco después de su estreno en televisión, y con los cortes publicitarios incluidos. También las hay que optan por vender a bajo precio estos episodios a través de webs comerciales muy populares, como puede ser iTunes Store.

Pixar, Touchstone, Miramax y Disney son algunas de las majors que tienen series en esta página y a un precio de entre 10 y 15 dólares. Otra de las webs con las que han llegado a acuerdos grandes cadenas europeas (BBC, A-3, Cuatro, y Tele 5 y La Sexta están negociando), e incluso el Barça, es la propia YouTube.

La segunda opción es la de intentar mantener el negocio publicitario que todavía proporcionan las series de ficción a través de una vieja estrategia de Hollywood: el emplazamiento de productos.

Ya no es que aparezcan casualmente productos que utiliza o presenta el protagonista, sino que los guiones se adaptan para dar un mensaje positivo de una marca.

Aunque en España es algo muy habitual, también ya lo es en series de gran calado popular de todo el mundo: en La fea más bella, la versión mexicana de Betty, la fea, una de las tramas paralelas se centraba en los buenos resultados que daban los productos L’Oréal.

NUEVAS OPCIONES
Las amenazas a la tele convencional, sin embargo, no cesan. En el 2005, salió a la venta en EEUU un aparato, Sling Box, que conectado a la vez a la toma de antena y a la conexión de ADSL permite ver todos los canales que capta esa antena en cualquier parte del mundo, vía internet.

En principio, la señal solo podía ser captada por un solo ordenador, pero el pasado enero Sling Media, la empresa que comercializa el electrodoméstico, anunció ya una nueva tecnología que permitiría «compartir los contenidos con amigos, familiares y otros».

Es decir, abrió la puerta a la libre difusión de los contenidos que puedan captarse –y son todos– a través de Sling Box.

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