Le llaman el desaparecido. Miguel Sebastián, de vacaciones en Almería, ha contestado a la llamada de la SER y ha tirado la pedrada. Una entrevista en chanclas y con tinto de verano en la mano, para decir lo de siempre. Lo de siempre más lo que ya se sabía. Sebastián se siente traicionado. «Las traiciones de los amigos duelen más que la de los adversarios«, ha dicho. De su boca no ha salido ni una vez la palabra Zapatero. Es decir, esconde la mano. Pero le hemos visto.
Se ha ido por la puerta pequeña de la política a su puesto de profesor Titular de la Complutense. Miguel Sebastián, no obstante, no ha desmentido que vaya a echar una mano en la preparación del programa del Partido Socialista, «tal y como ha salido publicado«, aunque, ha dicho, «yo todavía no he tenido ningún contacto con nadie del partido«.
«Siempre estoy dispuesto, pero desde mi puesto en la Universidad».
Bajando ya a su dimisión -¿dimitir de qué?, que dijo Alfonso Guerra-, Miguel Sebastián ha supurado por la herida:
«El gesto que tuvimos tanto Rafa Simancas como yo no se puede calificar de espantada».
Tiene buenos recuerdos de su fugacísima carrera política, pero también malos haylos.
«El recuerdo malo es la última parte, la parte ya de la campaña que se hizo contra mí, y alguna de las traiciones que duelen mucho, porque las traiciones de los amigos duelen más que la de los adversarios».
La periodista le pregunta: «¿Quién le traicionó, señor Sebastián?»
«No, eso pertenece a la esfera casi de la privado y yo prefiero no hablar de eso».
«LAS ASPIRCIONES DE RUIZ-GALLARDÓN»
La palabra Zapatero, José Luis o similar no ha salido de su boca. Pero Gallardón ha brillado con luz propia.
«Gallardón es una persona que me sigue sorprendiendo. Me parece que es una persona que no quiere preocuparse de los problemas de Madrid. Es un alcalde cuyas aspiraciones están claras, que son quitarle el puesto al señor Rajoy, o, por lo menos, impedir que los sucesores de Rajoy le quiten a él el puesto. Está en eso, y no se preocupa de Madrid».
Le ha aclarado el profesor Sebastián al alcalde:
«El Congreso no es una Cámara de representación territorial. Además, la voz de Madrid la representa la presidenta de la Comunidad, no él».
