La intelectualidad «progre» no despide a Umbral, un escritor «de izquierdas»

Juan Cruz Osta (Periodista Digital).- En el último adiós a Francisco Umbral hubo más políticos y periodistas que escritores. Entre el medio centenar de personas que acudieron a la despedida de una de las plumas más significativas de España sólo se vio al escritor Ramón Irigoyen. Umbral se definía de izquierdas. ¿Dónde estaban los intelectuales progresistas? No estaban, porque, decía él, «ser de izquierdas no es instalarse en la izquierda, sino la desinstalación permanente«. Éstos están todos bien instalados.

Fue un acto sobrio. El primero en llegar al cementerio fue del Duque de Lugo, Jaime de Marichalar. Minutos más tarde se personaban Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón y Mariano Rajoy, a los que había dedicado el escritor memorables columnas en la contraportada de El Mundo. Los tres ocuparon puestos próximo a la viuda, María España.

A la ceremonia civil se sumaron el economista Ramón Tamames, el editor de Planeta Carlos Revés, el arquitecto Miguel de Oriol, el dramaturgo Ignacio Amestoy, la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada -junto su hija Cósima, ahijada de Umbral -, o la actriz Blanca Marsillach. Por supuesto, y cediendo su brazo en todo momento a la serena viuda, estuvo Pedrojota Ramírez, que incluso le dedicó unas emotivas palabras.

¿Y escritores?, ¿intelectuales? Por allí sólo se vio al escritor Ramón Irigoyen. De los «progres», ninguno.

Él, que se colocaba a ideológicamente a la izquierda, no ha recibido el último adiós de sus compañeros intelectuales. No obstante, ya dejó escrito:

«¿Qué es ser de izquierdas? No, desde luego, tener un carnet o un himno. Eso sólo son los signos externos de la izquierda».

«La cultura está siempre en la izquierda, y no por oscuras manipulaciones judeomasónicas, como nos enseñaron a los de mi generación, sino porque la cultura toda es pregunta por la vida, por el ser y por las cosas, mientras que la derecha no se pregunta nunca nada. La derecha vive de evidencias: fincas, escudos, armas, liquidez, geografía, clima, sangre. Todo esto son valores catastrales, pero no ideas que hagan avanzar el mundo».

«Ser de izquierdas no es instalarse en la izquierda, sino la desinstalación permanente, que nos entrega a la corriente de las ideas y los meteoros, a la renovación continua».

Tampoco han sido muy numerosos los intelectuales de izquierdas que hayan hecho declaraciones elogiosas o hayan dejado un escrito en algún medio de comunicación. Sólo el nuevo ministro de Cultura, César Antonio Molina, se acercó al velatorio y alabó la figura de los que algunos consideran el mejor prosista en lengua castellana de los últimos tiempos.

Francisco Umbral, la «desintalación permanente«, está descansando en paz.

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