Cuando se celebrará el próximo mes de mayo, el vigésimo aniversario de la Guerra de la Independencia de 1808, los periodistas y escritores Rafael Abella y Javier Nart publican el libro “Guerrilleros” (Temas de Hoy). Un momento histórico en el que “la iniciativa popular enseñó a los franceses lo que vale un peine”.
El veterano historiador Rafael Abella, ahora que se hablará más asiduamente de aquel levantamiento popular, teme que
Si la Ley de Memoria Histórica sigue a este ritmo, nos podríamos encontrar con que se reivindicará a los afrancesados como los verdaderos españoles y a los guerrilleros como a unos simples violentos.
Cabe destacar, para Rafael Abella, que
El valor que llevó el pueblo español a aponerse, ellos solos, al ejército más poderoso de Europa, al dominador de un continente, contrasta con muchas de las actitudes actuales.
EL MITO DEL NACIONALISMO
El levantamiento del dos de mayo en Madrid, que se extendería poco tiempo a toda España, como explica Javier Nart, significa para el “epifenómeno nacionalista un fenómeno desgraciado”.
Nunca, ni una sola junta provincial o local proclamaron otra cosa que la igualdad de los españoles.
Este periodista y abogado subraya que en aquel momento en el que las instituciones estatales se habían rendido, nadie pensó en recuperar los paraísos perdidos que había abolido Felipe V.
Para los nacionalistas es duro admitir que Cataluña se levantó contra el dominador, a pesar de que el general francés en aquella región proclamó la oficialidad del catalán.
Rafael Abella explica que si España no se fragmentó durante aquella invasión, que fue la prueba de fuego de nuestra unidad, no se puede permitir que eso ocurra en el siglo XXI.
Es cierto que no podemos aspirar a un carácter español aséptico, exento de gérmenes que puedan generar disensiones en el seno de una comunidad. Existirán siempre partidismos pero lo importante es que no rebasen los límites del sentido común.