(PD/ÉPOCA).-David Gistau añora la crónica. Dice que el columnismo -género que trabaja desde los 27 años- es propio de «pajilleros mentales», que lo que de verdad le gusta es el nuevo periodismo de Tom Wolfe. Entre crónica de autor y crónica de autor, Gistau le sigue pegando algún columnazo a ZP, que se los devuelve integrando lingüísticamente a los que siempre le han llamado ‘Daviz’.
Acaba de entregar a la editorial su segunda novela, que saldrá en mayo del año que viene y de la que se nos olvida preguntarle el título. El de la primera es A que no hay huevos, la percha perfecta para empezar la entrevista que le hizo Gonzalo Altozano preguntándole si en España los hay o no.
¿Qué hubiera hecho este portento de columnista si hubiera tenido a tiro al xenófobo de Barcelona?
-Salvo arrebatos individuales de gente muy testicular, España siempre ha sido un país de cobardes. Y no me refiero sólo a situaciones de violencia, sino también de relación con el poder. Quiero pensar que sí la hubiera defendido. Los códigos de vida en los que me muevo me hubieran obligado a hacerlo. Como Alatriste, trato de tener la gallardía de reconocer los momentos en los que no queda sino batirse. Claro que decir esto aquí, en un bar, es muy fácil.
-Diga otro defecto nacional, aparte de la cobardía.
-La envidia, la mezquindad, la intriga, la mala leche. Ser medio francés me ha salvado de ser demasiado español, creo.
-Y como francés, ¿de qué peca?
-De petulancia. Es un vicio más alto, más digno.
-¿Ser de derechas hoy es lo más ‘underground’ que se puede ser?
-Es lo más contra, es la insurgencia, como ser punk en el Londres de los años setenta.
-¿Qué le echa para atrás de la izquierda?
-Su manera de identificarse con el nacionalismo y, por añadidura, con el antiespañolismo.
-¿A la Argentina fue a buscarse la vida, como los indianos de antes?
-A Buenos Aires me fui siguiendo ciertos afectos, a disfrutar de una ciudad maravillosa y para esquivar los inviernos. Hay que ser muy despistado para irse allí a buscar trabajo.
-¿Si esta sección se llamara ‘Gibraltar español’, hubiese dado la entrevista?
-A mí me afrentan más Josu Ternera, Carod o ciertas políticas de ZP que Gibraltar, que no deja de ser un residuo colonial entrañable. Que se te acerque un bobby y te diga: «Quillo, ¿qué?»… eso no tiene precio. Pero sí, hubiera concedido la entrevista, siempre que hubiesen añadido «y Malvinas argentinas» para entroncar así con mi otra patria.