El País empieza su «cruzada» contra la concentración de Rouco Varela en Madrid

Juan Cruz Osta (PD).- El cardenal de Madrid ha convocado a los fieles de toda España a un gran acto en defensa de las familias cristianas. Tendrá lugar al mediodía del próximo 30 de diciembre en la madrileña plaza de Colón, y contará con la especial participación de Benedicto XVI, quien dirigirá, en directo, un mensaje desde Roma. El País ya está en guardia.

La burda operación orquestada desde PRISA contra la concentración católica a favor de la «familia cristiana» ha dado este lunes el pistoletazo de salida.

Javier Moreno se ha puesto en contacto con un tal Paolo Flores d’Arcais, filósofo y director de la revista MicroMega, y le ha pedido que le rellene el hueco de opinión más grande de El País. Y Flores encantando: «La cruzada de Benedicto XVI«.

«La Cruzada continúa. La encíclica de Benedicto XVI Spe salvi, del pasado 30 de noviembre, ratifica y radicaliza el anatema de la Iglesia católica contra una modernidad culpable de desobedecer a Dios y que se está despeñando por tal causa en la desesperación del nihilismo».

«El misterio ha quedado finalmente resuelto. El culpable es Voltaire o, mejor dicho, Bacon incluso. El Mal es la Ilustración, el proyecto de autonomía del hombre. Autos-nomos, el darse el hombre por sí mismo sus propias leyes, en vez de recibirlas de Dios, o de sus subrogados y ministros (la «Naturaleza» y la Iglesia jerárquica), ahí reside la Culpa inexpiable. El Enemigo (en el sentido preciso de las Escrituras) es la razón que prescinde de Dios, la razón que trabaja iuxta propria principia, la razón que razona, en definitiva».

«El papa Ratzinger se postula explícitamente para el liderazgo mundial del fundamentalismo religioso, el no terrorista, obviamente. Su próxima intervención ante las Naciones Unidas, prevista para el 18 de diciembre, constituirá el acto oficial y solemne de todo ello. Confiemos en que, al menos ese día, «quien tenga oídos para oír, que oiga».

Pero no sólo. Además, el columnista Eduardo Mendoza divaga también sobre el tema de la «Espiritualidad»:

«Después de tantos siglos de castigos divinos y promesas incumplidas, de tanto anatema y tanta prohibición, la gente no ha renunciado a la fe, pero se ha buscado otro destinatario, al que rinde el mismo culto con la misma convicción, la misma devoción, la misma esperanza y la misma entrega. Con la misma paciencia el creyente se aglomera en los grandes almacenes o entra arrodillado en la pequeña tienda, como antes entraba en la catedral o en la ermita, dispuesto a entregar cuanto posee a cambio de mucha luminotecnia, grandes palabras y, en resumidas cuentas, bien poca cosa. ¿Falta de espiritualidad? Todo lo contrario. La misma o más, siempre que redefinamos el concepto. Porque, al fin y al cabo, entre un cura atrabiliario de hisopo y trabuco y el atento y eficaz dependiente de El Corte Inglés, ¿usted con quién se queda?»

Y más. El diario que fundó Cebrián editorializa sobre los «Musulmanes en España» -bastantes días después de publicarse los datos de la encuesta-. Esto ya es otra cosa:

«Los datos de la reciente encuesta sobre trabajadores extranjeros de religión musulmana presentada estos días por tres ministerios contribuyen a disipar los principales fantasmas asociados a ese credo. La aplastante mayoría de los entrevistados repudia la violencia que se lleva a cabo en nombre de su creencia religiosa, y asegura no encontrar dificultades insalvables para adaptarse a los modos de vida y las costumbres de nuestro país. Por otra parte, sólo la mitad se confiesa practicante asiduo, mientras que algo más de un tercio reconoce asistir esporádicamente a la mezquita y cumplir otros ritos y preceptos del credo musulmán».

«La cuestión a la que hoy se enfrentan los poderes públicos es la de determinar si estos descendientes de inmigrantes serán ciudadanos españoles o no. Y lo último que se les habrá de preguntar es por su credo. Disfrutarán de los derechos y habrán de cumplir con sus deberes, que son exactamente los de todos».

Más. En su sección de sociedad, lo siguiente: «Un tribunal irritado con los obispos».

El País y medios colaterales calientan ya el acontecimiento. «Ultras«, «atrabiliarios» y demás. Si siguen así, éxito garantizado.

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