(EFE / PD).- Amnistía Internacional (AI) ha pedido al Gobierno ruso garantizar la libertad de expresión a los ciudadanos y a las ONG y medios de comunicación que operan en el país, ya que, sin ella, «otros derechos básicos pueden violarse más fácilmente».
En el informe titulado ‘Libertad limitada. El derecho a la libertad de expresión en la Federación rusa’, Amnistía se muestra crítica con la situación en Rusia, donde en los últimos años «se ha ido recortando progresivamente» la capacidad para operar y expresar opiniones críticas.
Según AI, esta erosión de los derechos ha sido el resultado de, por una parte, una interpretación arbitraria de una legislación de por sí vaga, y por la otra, de un aumento del acoso a las personas que intentan expresar sus opiniones o defender sus derechos.
«Los derechos a la libertad de expresión, asamblea y asociación son los pilares de la sociedad civil», afirma en un comunicado Nicola Duckworth, responsable de AI para Europa y Asia Central. Las autoridades rusas están coartando estos derechos «como parte de su estrategia para contrarrestar una supuesta influencia occidental», explica.
Durante la campaña electoral, la represión de la libertad de expresión y asamblea es particularmente visible, denuncia Amnistía. Las autoridades dispersan con violencia manifestaciones a favor de la oposición, mientras que los actos pro-gubernamentales tienen lugar sin interferencia, señala la ONG.
Los periodistas y activistas que estuvieron como observadores en protestas también fueron acosados por las autoridades.
AI critica que, en un país donde la mayoría de los medios son controlados por el Estado, cada vez hay menos espacio para la información independiente, y los periodistas que intentan dar otro punto de vista son intimidados o incluso pueden ser procesados.
En particular, Amnistía Internacional está preocupada por la falta de progresos en la investigación de la muerte de la periodista pro derechos humanos Anna Politkovskaya.
Sin la posibilidad de expresar opiniones críticas, es más fácil que se violen otros derechos, dice AI, que indica que «el silencio es campo de cultivo para la impunidad».
Respecto a las ONG, Amnistía critica que el Gobierno ruso intenta boicotear su actividad con leyes como una del 2002 que supuestamente combate actividades extremistas, con leyes fiscales o con la propia burocracia que les impone para su funcionamiento.
Amnistía, que recuerda que la libertad de expresión «es el oxígeno de la sociedad civil», urge al Estado ruso a cambiar su política sobre ONG, a garantizar la actividad independiente de la prensa y a investigar imparcialmente las denuncias de abusos de los derechos humanos a ciudadanos, activistas o periodistas.
