«La fuga de nazis a Iberoamérica se produjo bajo la connivencia de Estados Unidos»

«La fuga de nazis a Iberoamérica se produjo bajo la connivencia de Estados Unidos»

José Rosado.- ¿Qué hubiera pasado si Hitler hubiera escapado del búnker de Berlín y continuado su macabro reinado en una base secreta de la Antártida? Bajo estos interrogantes, Julio Murillo recrea una magnífica historia a través de documentos reales y personajes ficticios que engancha desde el primer momento. Apasionante y perturbadora, Shangri-La (MR Ediciones) mantiene en la mente del lector una duda razonable sobre la posible continuación del régimen nazi en esta novela que fue galardonada con el premio Alfonso X el Sabio.

Menudo filón ha encontrado la literatura con la II Guerra Mundial…

Ciertamente lo es. Creo que es una asignatura que tenemos pendiente. Cuando hablamos de novelas históricas pensamos que es histórico todo aquello que va más allá de la Revolución Industrial y no nos damos cuenta que el siglo XX, y más concretamente la II Guerra Mundial, es un periodo apasionante sobre el que se ha escrito mucho pero hay muchas lagunas.

¿En qué se diferencia este conflicto a otros?

No ha habido en la historia de la humanidad un conflicto tan generalizado; una guerra que haya involucrado a la práctica totalidad de potencias del mundo. Pensemos que la II Guerra Mundial deja sesenta millones de muertos, termina con un 2% de la población mundial de la época -en su gran mayoría civiles- y es un episodio tremendo a todos los niveles: en lo bélico, en lo económico, en lo civil, en lo emocional… No hay otro acontecimiento de esa magnitud en toda la historia y esperemos que algo así no vuelva a repetirse.

Contemporáneos e historiadores coinciden en destacar la personalidad cautivadora del que luego se descubriría como el mayor genocida de la historia…

Cuando se habla o se lee acerca de Hitler todo el mundo suele referirse al conflicto que desencadenó. Pero luego resulta que los relatos de testigos, personas que lo conocieron, colaboradores e incluso en filmaciones de la época en que lo vemos en actos civiles demuestra ser un hombre con un carisma tremendo, descrito casi por la totalidad de las personas que le trataron como un ser sumamente afable. Con sus rarezas y sus manías, pero muy humano. Y luego fue el personaje que fue, el responsable del mayor genocidio y del mayor desastre de la historia de la humanidad.

En su novela habla de una continuación del III Reich más allá de la guerra, ¿fue posible?

Si hablamos de una supervivencia del III Reich de un modo oculto o encubierto bien como organización o como gobierno en la sombra es bastante difícil que pudiera tener una continuidad más allá de 1945. Lo que sí es cierto es que muchos de los miembros que formaron parte de ese Reich continuaron viviendo y gozaron de privilegios; muchos de ellos fueron a parar a lugares que conocemos -en Iberoamérica está documentado- y eso ocurrió con la connivencia de Estados Unidos. Contravino sus propias leyes dando asilo y refugio a jerarcas y científicos nazis y, por otro lado, realizó operaciones paralelas de las que también se saben muchas cosas como que se nutrió de la red de espionaje alemán para crear la CIA. Incluso actualmente existe un movimiento revisionista en Norteamérica que pretende determinar cuál fue la responsabilidad de Estados Unidos una vez que acabó la II Guerra Mundial con los nazis.

¿Qué fue de la tecnología que acabó perdida?

Los aliados se hicieron con un tanto por ciento no demasiado importante –tal vez un diez o un quince por ciento- de la tecnología nazi, pero hay otros prototipos que desaparecen radicalmente, entre ellas una flota de submarinos. Al acabar la guerra hay un centenar de submarinos que han desaparecido por completo. Está documentado que meses después de la guerra, empiezan a emerger submarinos en el hemisferio sur. Dos capitanes de estos submarinos fueron interrogados durante mucho tiempo lo que le dio a los estadounidenses la clave para pensar que esa base famosa alemana al norte del continente antártico existía. Por ello, el gobierno de EEUU pone en marcha esa rarísima operación conocida como ‘Highjump’ a finales de 1946.

Esa operación, que fue vendida como una maniobra, pone en el Polo Sur a un contingente impresionante. Si eran unas simples maniobras que durarían seis o siete meses, ¿por qué duran solamente tres semanas? Es otra operación de la armada estadounidense que, a día de hoy, todavía permanece en secreto. Incluso la persona que estaba al frente era el almirante Richard E. Byrd fue silenciado por el Gobierno una vez finalizadas esas maniobras.

Byrd hizo unas declaraciones al diario El Mercurio de Chile realmente perturbadoras y extrañas: “No quiero alarmar, pero es un hecho que debemos tener presente que, de producirse un nuevo conflicto bélico, nuestro país podría verse atacado por naves capaces de volar de un polo a otro a velocidades inauditas”. ¿Qué quiere decir y por qué su Gobierno le hace callar? Posiblemente tuvo que ver con esa tecnología nazi desaparecida.

¿Nos encontraremos con sorpresas cuando EEUU desclasifique los documentos relativos a esas operaciones?

El día que empecemos a tener todos esos papeles a disposición de historiadores y analistas entenderemos muchas cosas. De lo que dudo es que esos dossiers se vayan a desclasificar en poco tiempo. De hecho, ya deberían estar desclasificados. Pero van ocurriendo cosas, y son noticias que no llaman la atención. Hace muy pocas semanas saltó a los periódicos una noticia que no se dio en profundidad pero es realmente curiosa: las autoridades portuarias argentinas han destruido recientemente 77 expedientes de nazis famosos que entraron en su país. Alegaron falta de espacio y, de ese modo, se ha hecho un borrón absoluto de la vida de esas personas. Cuando te das cuenta que no existe un voluntad de poner todos esos asuntos sobre la mesa entiendes que el tema aún colea.

LA LITERATURA EN ESPAÑA

Aparecen muchos escritores pero se lee cada vez menos…

De un tiempo a esta parte se está primando mucho la aparición de nuevos escritores. Se están editando más libros que nunca pero no se lee lo que se debería. Es un mal endémico, vivimos en un época en la que se apuesta mucho por la imagen y poco por la literatura. La palabra ha perdido fuerza en detrimento de la imagen y lo vemos en las generaciones más jóvenes.

Es responsabilidad de todos paliar esta situación, no es un problema que concierna a Educación -que también-. De entrada, el Ministerio podría incentivar la lectura con lo referido a los cánones o gravámenes que se cargan a los libros. Todo el mundo de la cultura está bastante sacudido. Existe un problema general que afecta a la música, a los autores y, en menor medida, a los escritores.

¿Teme que se extienda la piratería al ámbito de la literatura?

No lo descarto, la tecnología lo pone cada vez más al alcance de los usuarios. Libros como los de Harry Potter ya están siendo pirateados.

Tanto escritores como músicos se quejan que el porcentaje que sacan por cada libro o disco apenas representa una mínima cantidad del precio final. ¿Qué hay de cierto?

En el caso de los escritores, tenemos un 10% del precio final del libro… y no siempre. Los escritores que tenemos agentes literarios que velan por nuestros intereses o que ya estamos un poco bregados tenemos ese diez por ciento con la consiguiente retención del IRPF, una cantidad para el agente literario… Al final la cantidad es mínima. ¿Dónde ha ido parar el 90% restante? Hay una parte que es beneficio de la editorial, otra destinada a cubrir los costes de la producción industrial, correctores, etc. Y luego una cantidad de dinero indeterminada que va a parar a los intermediarios: para el mayorista, librero y demás. Lo cierto es que el creador de la obra es el que prácticamente recibe menos.

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