(PD).- Van sobraos los chicos del difunto don Jesús con su no tan flamante cadena de televisión. El subidón ha sido de órdago. Pero, miren por dónde, a causa de lo mismo que todos.
Escribe Manuel R. Ortega en La Brújula de los Medios de Elsemanaldigital que, al final resulta que tanto criticar a los demás para acabar haciendo lo mismo. La verdad es que Cuatro ha pegado el puntazo en la guerra de audiencias con una subida del 18%.
Motivos tienen para estar contentos. Pero, oigan, es que hay que poner todo en su contexto.
Y lo digo más que nada porque leyendo a Daniel Gavela, el director de la tele de Polanco, en una entrevista concedida a La Razón, no sabe uno si partirse la caja de risa o echarse a llorar.
Vamos a ver, Gavela, que sí, que habéis crecido, pero despreciar a La Sexta y colocaros a la altura de competir con Telecinco y Antena 3, pues no, la verdad. No se le suba tanto el éxito, que no todo es como lo pinta.
Por ejemplo, ustedes han pegado el subidón gracias a tres espacios particulares: Fama, un casi-plagio de otros programas similares; una serie de éxito como House; y El Hormiguero del bueno de Pablo Motos. Está bien, estrategia televisiva.
No tengo inconveniente en confesar que soy fan del cojo malaleche -como, en general, de esas series estadounidenses: CSI en Telecinco, Prison Break y The Unit en La Sexta y hasta lo sería de 24 si Antena 3 no se empeñase, sistemáticamente, en maltratar a los seguidores de Jack Bauer. Y en cuanto al espacio de Motos, me fascinan los experimentos de Flippy y los puntos de ese fuera de serie que ya demostró ser un genio del entretenimiento en su etapa radiofónica.
Pero, claro, esos no son los banderines que Cuatro nos ha vendido. Cuando hace unos años, al tunear Canal Plus en una televisión analógica en abierto, (ojo, porque al fin y al cabo no fue lo mismo que montarla de la nada) pusieron al padre Gabilondo como estandarte, la realidad vino a darnos la razón a quienes dijimos que ese canal no crecería por el que fue rey de las mañanas en la radio.
Al fin y al cabo, la experiencia televisiva de Gabilondo se limitaba a unos informativos en una cadena, la pública, y en una época en que no había competencia. Y, ven, fue Eva Hache la que despuntó al estrenarse Cuatro.
A todo esto, vender la piel del oso antes de cazarlo es peligroso. Desprecien ustedes, señores de Cuatro, a la tele del logo verde y quizá un día de estos se lleven una sorpresa. Los de La Sexta vienen pisando fuerte pese a contar con medios menores que la tele polanquista. Pero ellos sí tienen en su punto de mira a su competidor directo y, de momento, van ganando posiciones.
Aunque sea con el rentable invento del chiki-chiki. Sin contar el machito del fútbol y lo que vendrá. Esto, desde luego, va a ponerse interesante.
