(PD).- Donde las dan, las toman. Y Cebrián y sus muchachos parecen escocidos por las puyas que desde Público les lanza Ernesto Ekaizer, la antigua «estrella» de «El País».
La fotografía de Rodolfo Martín Villa saludando brazo en alto cayó como un bombazo entre la cúpula dirigente de Prisa. El desafío de Público no era esperado y, por ello, causó daños con su munición romperadora. Y no sólo por la información, sino por las formas y la pregunta del millón: ¿quién estuvo detrás del reportaje de la discordia?
Y es que los teléfonos echaron humo el martes tras conocerse el despliegue informativo del periódico de Jaume Roures, especialmente ante la posibilidad de que tras el cañonazo estuviese un «aviso» de La Moncloa por la postura de Prisa y El País respecto al fichaje de David Taguas. La llegada del ex asesor de José Luis Rodríguez Zapatero a Seopan, el lobby del «ladrillo» español, recibió una dura crítica del emporio mediático del fallecido Jesús Polanco.
La larga sombra monclovita es la principal explicación que manejan en Prisa al golpe. Pero tampoco se descarta que Roures, a través de su diario, haya querido hacer méritos ante el inquilino de La Moncloa y, de paso, aprovechar para poner en su sitio a sus más destacados enemigos.
En otros tiempos, aseguran en El País, hubiera sido imposible no saber de dónde ha partido la idea, pero ahora no hay a qué atenerse. Un reflejo de cómo el grupo polanquista, pese a conservar un indudable poder mediático, ha tenido que compartir –y, en ocasiones, ceder– el lugar de vocero oficioso del Gobierno socialista.
En un plano mucho más práctico, los antiguos patrones de Ernesto Ekaizer, editor ejecutivo –o director del director, como se le llama en la profesión periodística– de Público, ven la larga mano del argentino detrás de la información sobre el trasvase de ex mandatarios públicos a Prisa: ha pisado las alfombras de los altos despachos, conoce todos los intríngulis y está dispuesto a tomarse su revancha.
