(PD).- Ana Obregón no tiene a los jueces de su parte en la lucha que mantiene en los tribunales contra la revista Interviú, para intentar mantener incólume al menos una pequeña parte de lo que ella considera su «vida privada».
El titular del Juzgado número 7 de Primera Instancia ha desestimado las medidas cautelares que solicitaba la actriz-presentadora-bióloga para evitar que la revista publicara las conversaciones en la, según la publicación, instaba a su ex guardaespaldas a dar una paliza al presentador de televisión Jaime Cantizano.
Obregón plantó al juez el miércoles pasado. No compareció, a pesar de ser la demandante, y en su representación acudió su abogado, Javier Saavedra, para solicitar la retirada de los ejemplares de la revista puestos a la venta las dos últimas semanas y que ‘Interviú’ se abstuviera de publicar informaciones sobre las escuchas de sus conversaciones.
La decisión judicial, que puede ser recurrida por Ana Obregón, supone justo los contrario. La revista podrá seguir informando sobre el tema que ha ocupado ya varias portadas con reportajes que nada tienen que ver con la incorporación (hoy) de la demandante a la serie ‘Hospital Central’.
La abogada de ‘Interviú’ en la vista, Celia Atucha, ha confirmado a elmundo.es la desestimación de las medidas cautelares «porque el juez ha estimado, como alegábamos nosotros, que se trata de un personaje de relevancia pública y de una información veraz basada en un procedimiento judicial».
La actriz-bióloga-guionista-presentadora anunció a finales de mayo que tomaría medidas legales contra todos aquéllos que especularan sobre su relación con su ex guardaespaldas Eloy Sánchez, detenido por presunta implicación en un homicidio y robo.
El pasado miércoles, la defensa de la revista criticó la incomparecencia de Ana Obregón porque «al ser parte actora debería ser la más interesada en declarar y al no acudir, se la puede tener por desistida».
LO QUE PUBLICA INTERVIU
Los paparazis pagaban al escolta de Ana Obregón
Varios reporteros de la prensa rosa entregaban sobres con dinero al guardaespaldas de Ana Obregón a cambio de que éste les diera información.
Eloy Sánchez Barba, en prisión preventiva por el asesinato del informático madrileño Miguel Ángel Salgado, llevaba diez años trabajando para la familia de Ana García Obregón.
Pero eso no garantizó su discreción. Al menos en el último año, mientras la Guardia Civil mantuvo intervenido su teléfono, Eloy avisó puntualmente de los movimientos de su jefa a unos cuantos periodistas del corazón. Algunos de ellos pagaban al escolta por este servicio.
Eloy recibía un porcentaje a cambio de suculentos chivatazos. Al menos así se deduce de las conversaciones grabadas por los investigadores y que están transcritas en el sumario que instruye el Juzgado de Instrucción número 5 de Valdemoro.
