Human Rights Watch vaticina problemas para la prensa en los JJOO de Pekín

(PD).- El visado no será suficiente garantía para informar con libertad en China durante los Juegos Olímpicos. Los 25.000 periodistas acreditados para esta cita tendrán problemas para ejercer su profesión, según adelanta en un informe la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) ha mostrado su inquietud por el riesgo que afrontan los informadores extranjeros y chinos.

El estudio ‘Zonas prohibidas de China. El cierre del Tíbet y de otras áreas sensibles a la prensa’, presentado en el Club de Corresponsales Extranjeros de Hong Kong, subraya lo difícil que es informar en China durante 2008, el año olímpico y el riesgo que corren también las fuentes que informan de temas «sensibles».

«En un momento en el que la libertad de expresión debería estar en su nivel más alto (en China)», dice el informe de HRW, esta organización denuncia la expulsión y exclusión de los corresponsales extranjeros del Tíbet tras las revueltas de marzo, así como la violación de unas regulaciones temporales que, desde comienzos de 2007, daban una mayor libertad de movimiento a los periodistas extranjeros.

También insiste en las amenazas y el acoso que sufren los informadores, «independientemente del medio o de la nacionalidad», debido a la «demonización de los medios extranjeros», espoleada por el aparato mediático central, ha señalado en Hong Kong Sophie Richardson, editora del informe.

HRW estima que unos 25.000 periodistas cubrirán los Juegos Olímpicos de Pekín, pero, según Richardson, incluso para aquellos que hayan conseguido visado y acreditación la tarea de informar será difícil en función de los temas.

En concreto, quedan «excluidos» de la lista de temas las protestas, las entrevistas con disidentes y activistas de derechos humanos que estén en el candelero y las peticiones de campesinos que se desplacen a Pekín en búsqueda de una salida a los abusos que vean cometidos contra ellos a nivel local.

«Nos parecen inaceptables los riesgos a los que se somete un periodista (en China) para ejercer su trabajo», ha apuntado Richardson, quien ha añadido que les «preocupa que muchas de las historias importantes no puedan ser contadas por la peligrosidad» que entraña escribirlas.

Una peligrosidad que no sólo sufren los periodistas extranjeros, sino también los chinos, y, por extensión, las fuentes de la información, por lo que HRW ha pedido extremar el cuidado y la responsabilidad para garantizar la seguridad de estas últimas.

Para la editora del informe, más que insistir sobre el boicot de los Juegos Olímpicos, lo «apropiado es hacer que el Gobierno chino cumpla su palabra», entre otras cuestiones, en lo que referente a la libertad de prensa, una «promesa específica» que hizo al Comité Olímpico Internacional en su carrera por albergar los Juegos.

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