Caundo el olivar deja de ser rentable y el aceite no da para comer

(PD).- Tradicionalmente, cualquier agricultor que tuviera un terreno disponible, podía poner olivos, pues éste siempre ha sido un cultivo comodín del que fácilmente se obtenía beneficio. Pero, de un tiempo a esta parte, el aceite de oliva ha dejado de ser rentable.

Estamos inmersos en una crisis económica de carácter global con una subida constante del coste de la vida. Pero, mientras la cesta de la compra no para de subir, el único producto que baja su precio es el aceite de oliva.

Y lo que supone un alivio para el consumidor, es un problema para el olivarero, al que el descenso del precio de su producción le afecta negativamente.

Así, las cuatro o cinco multinacionales que intermedian entre el productor y el consumidor, comercializan al aceite de oliva a una media de 2,75 €, prácticamente al mismo precio que hace dos décadas, y son las únicas que obtienen beneficios a costa del derrumbe del sector.
Este descenso, obliga a las almazaras a bajar el precio al que venden su producción que, desde enero, ha ido bajando hasta los 2,26 €, alcanzando su cotización más baja de los cuatro últimos años.

Según el Secretario General de UPA Córdoba, José Luis Gutiérrez, son varias las causas de la caída del aceite de oliva. En primer lugar, en el aceite, “los olivareros tienen poco margen de influencia”, pues como anteriormente se apuntaba, son unas pocas grandes empresas distribuidoras las que marcan un precio de las denominadas marcas blancas, con el que el resto del mercado no puede competir, y que devalúan la producción en origen.

A lo anterior, hay que sumar que, ante las dificultades económicas que atravesamos, los consumidores adquieren grasas más baratas.

Consecuentemente, las cooperativas comienzan a almacenar excedentes en sus almacenes, a los que se incorpora la producción de la campaña que está en puertas de su recogida. Así, en España, hay actualmente más de 500.000 toneladas de aceite sin vender, de las cuales unas 200.000 se encuentran en Jaén, y 70.000 en la provincia de Córdoba (lo que supone el 13% del total nacional).

Los aceituneros, se están enfrentando a la subida de los costes de producción con el encarecimiento desorbitado de los combustibles, fitosanitarios, herbicidas, fertilizantes y la electricidad. Por tanto, les cuesta más producir, pero, contrariamente, perciben menos por su producto. Lógicamente, si sube todo menos sus ingresos, a los productores de olivar tradicional no les salen las cuentas, y se encuentran con que tener olivar ya no les resulta rentable.

Con este panorama, no es de extrañar que José Luis Gutiérrez advierta de que “el 50% del olivar se encuentra en peligro de desaparición si no se invierte la tendencia bajista de los precios”.

Además concretamente, el cultivo del olivar en la provincia de Córdoba se encuentra en pendiente, bien sea por su ubicación en la campiña o en la montaña. Éste factor orográfico condiciona una producción más corta.

Por ello, el Secretario General de la Organización Agraria, considera que “es necesario que se incrementen las ayudas a este tipo de productores y que se establezca un sistema compensado de ayudas” de forma que no se dé lo mismo al que cultiva en intensivo que al que cultiva en unas condiciones de terreno más adversas.

De no introducir medidas para atajar la bajada de los precios, “pueden llegar a desaparecer unos 5.500 productores en Córdoba por la falta de rentabilidad”, apunta Gutiérrez que, además, considera que “urge hacer una campaña de sensibilización más profunda que las que se han hecho hasta ahora”.

MARCAS

TODAS LAS OFERTAS DE TU MARCA FAVORITA

Encuentra las mejores ofertas online de tu marca favorita

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído