¡Lo que hay que hacer para vender periódicos!

¡Lo que hay que hacer para vender periódicos!

(PD).- La prensa de papel pasa por un bache, grande como un socavón, se hunden los ingresos, se prodigan los despidos y las empresas hacen filigranas para intentar aumentar las ventas. Aquí y en otros lares, incluida la vecina Italia.

Una chica de espaldas, vestida con una camiseta roja y dotada de un culo prominente y bien torneado, resaltado por una escueta y ajustadísima minifalda vaquera de cuyo bolsillo asoma un periódico. ¿La enésima publicidad machista para vender tal o cual producto?

Como escribe Irene Hernández Velasco en El Mundo, lo insólito es que ésa es la polémica foto de la campaña publicitaria para relanzar ‘L’Unità‘, el histórico rotativo italiano fundado en 1924 por el filósofo y teórico marxista Antonio Gramsci y que hasta 1991 fuera el órgano oficial del Partido Comunista Italiano (PCI).

La campaña en cuestión es obra del siempre controvertido Oliviero Toscani, quien en la década de los 70 ya utilizó el primer plano de un culo femenino embutido en unos diminutos vaqueros con la leyenda evangélica «Quien me ama, me sigue» sobreimpresa, para anunciar los pantalones de la marca ‘Jesús’.

Pero lo sorprendente es que haya recurrido también a esa imagen para ilustrar el profundo proceso de transformación al que en los últimos meses se está sometiendo ‘L’Unità’, el periódico bandera de la izquierda italiana que mañana sábado desembarcará en los quioscos con el formato reducido directamente a la mitad (pasará de ser una sábana a ser un tabloide) y con un nuevo diseño, obra por cierto de estudio del catalán Toni Cases.

Aunque lo más chocante, quizá, es que dicha campaña, que muchos dentro de la redacción de ‘L’Unità’ contemplan con indisimulado recelo, vea la luz justo cuando por primera vez en sus 84 años de historia al frente del rotativo se encuentra una mujer: Concita de Gregorio, quien en agosto pasado abandonó ‘La Repubblica’ para tomar las riendas del periódico fundado por Gramsci y tratar de revitalizarlo.

No en vano, el rotativo, que en 1974 tenía una tirada de 239.000 ejemplares diarios, hoy imprime 120.000 copias, pero vende menos de 50.000 (y hay quien sostiene que no pasa de 30.000).

«No me parece bien que se use la imagen de una mujer para vender por ejemplo coches. Pero en este caso me parece perfecto», aseguraba ayer De Gregorio respecto a la foto elegida para relanzar ‘L’Unità’. «Desde hace dos meses este periódico pasa por el cuerpo y la cabeza de una mujer, yo, así que en este caso me parece que es pertinente utilizar la imagen de una mujer», argumentaba.

Toscani, por su parte, también rechaza las acusaciones de sexismo. «La minifalda fue revolucionaria y, dado que además el formato de ‘L’Unità’ se va a reducir, me pareció que esta imagen conjugaba magníficamente ambos conceptos», señalaba.

Y destacaba además que la idea de servirse de la mítica prenda inventada en la década de los 60 por Mary Quant se le ocurrió cuando Concita De Gregorio le citó para encargarle que se hiciera cargo de esta campaña y se presentó al encuentro a bordo de un mini y vestida con una minifalda.

«La foto es como ella: sólida, presente… No es la imagen de una mujer en posición de seducción, sino de mando», resaltaba. «No es una campaña que muestre a una mujer instrumentalizada, sino una campaña que muestra a una mujer que instrumentaliza».

En ese sentido, y tal vez con la intención de enfatizar ese aspecto de determinación, la imagen del trasero se ve rodeada de 14 adjetivos con los que se pretende describir la nueva ‘L’Unità’: libre, fuerte, independiente, comprometida, valiente, revolucionaria, inteligente, indomable…

La pregunta es: ¿qué pensaría Antonio Gramsci de una campaña como ésta, que ha costado en total 400.000 euros, y de los cambios a los que se está sometiendo su periódico? «Estaría encantado. Él era un hombre de una enorme modernidad.

Y, probablemente, ya habría hecho lo que ahora estamos haciendo nosotros», opina Concita De Gregorio, quien afirma que con la llegada nuevamente de Silvio Berlusconi al poder Italia está viviendo un momento difícilísimo «en el que los periódicos de izquierdas encuentran graves problemas para poder hacer oposición».

A pesar de que ‘L’Unità’ es propiedad desde mayo pasado del empresario de telecomunicaciones Renato Soru, el periódico está fuertemente subvencionado (en 2003 recibió, por ejemplo, 6,3 millones de euros de las arcas del Estado) dado que, a efectos oficiales, se le sigue considerando como órgano del Partido Demócrata (el principal partido de centroizquierda, nieto del viejo PCI).

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