Nily Goren: «A los alemanes del holocausto no les podré perdonar, pero no tengo nada contra sus nietos»

Nily Goren: "A los alemanes del holocausto no les podré perdonar, pero no tengo nada contra sus nietos"

María F. Cruz y Miguel Pato (PD)-. Nily era aún una niña cuando Hitler se proclamó canciller del imperio alemán. Poco después, esta judía tuvo que vivir en sus carnes los efectos del nazismo en su Holanda natal. El libro editado en España por Planeta, La niña de los tres nombres, cuenta su historia.

Aunque Alemania, Polonia, Hungría y La República Checa son probablemente los países en los que los campos de concentración alemanes proliferaron en mayor grado, hubo otros países en los que también trataron de implantar su antisemitismo. Uno de estos lugares fue precisamente Holanda, invadida en 1940 por ser considerada un punto geográfico estratégico.

“La represión a los judíos fue bastante gradual. Primero se nos prohibió trabajar y luego se expulsó a los niños de las escuelas cristianas, en las que siempre habían convivido sin problemas ambas religiones. Poco a poco surgieron todo tipo de leyes… Hasta que la gente empezó a desaparecer, especialmente durante la noche”.

Nily Goren cuenta como secuestraban a las personas durante el ocaso y nunca se volvía a saber de ellas. Cuando ella misma estuvo a punto de morir una mañana mientras se encontraba sentada en la calle, su padre decidió que era hora de que toda la familia se escondiese.

“Aunque los adultos procuraban ocultarnos a los niños lo que sucedía, éramos capaces de sentir esa atmósfera de miedo. Pero ni los niños judíos ni los demás niños comprendíamos por qué éramos diferentes, ni qué implicaba ser de nuestra raza. ”

Nuestra invitada cree que los adultos se olvidan con frecuencia de cómo sienten los niños, pero no es capaz de imaginarse cómo vivieron la guerra aquellos menores que se vieron obligados a vivir en peores circunstancias de las que le tocó vivir a ella.

“Yo era una niña con una desbordante imaginación, de manera que pasaba la mayoría del tiempo en el país de las maravillas. Además, a mí me quisieron muchísimo todas las personas que me ofrecieron protección. En una situación como la que yo viví, los niños se toman cada cosa a su tiempo y asumen las cosas tal y como vienen… Pero no sé cómo se sentían los niños que vivieron circunstancias diferentes a las mías.”

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Años después, Nily es una mujer mayor que dice no haber hecho nada importante y no haber tomado ninguna decisión relevante. Sin embargo confía en las nuevas generaciones, que tienen que velar porque nunca se vuelva a dar una situación similar.

Aunque no ha perdonado a los alemanes que reprimieron a tantos judíos durante la segunda guerra mundial, no siente ningún rencor hacia los nietos de éstos.

“A los alemanes que participaron en el holocausto nunca les podré perdonar, pero no tengo nada contra sus nietos, porque no tuvieron nada que ver en el conflicto”.

Por ello no cree necesaria la ascensión de un canciller alemán judío para redimir el daño que se le hizo a su raza. Para Nily Goren, el pasado simplemente quedó atrás… Un pasado al que no le gustaría volver.

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