(PD).- El director de “El Mundo” ha compartido escenario con la vicepresidenta del Gobierno en el Fórum Internacional Economía y Sociedad abierta. Pedro J. Ramírez se deshizo en elogios hacia María Teresa Fernández de la Vega. Ésta criticó a los «abanderados del neoconservadurismo».
El director del diario “El Mundo”, Pedrojota Ramírez, advirtió del riesgo de «criminalizar al mercado» ante la actual crisis económica y subrayó que «si el mercado ha fallado también ha fallado el Estado en su condición de regulador». Ramírez, que participó en el Fórum Internacional Economía y Sociedad abierta, alertó de que ante la crisis «brusca y profunda» hay que evitar el riesgo de «encogerse de hombros, invocar la teoría de los ciclos económicos» y no hacer nada, pero también el de «criminalizar al mercado» y propugnar «las viejas recetas estatistas».
Así, añadió que aunque actualmente hay «una tendencia a culpar al mercado», los defensores de las sociedades abiertas deben «aferrarse al consenso» en torno a los principios que han permitido estos últimos 15 años de crecimiento económico: la libertad de mercado, la disciplina presupuestaria y el aumento de la productividad.
Además, se refirió al papel de la Unión Europea y subrayó que uno de los objetivos económicos de Europa en el mundo es lograr condiciones de equidad y reciprocidad para la entrada de empresas extracomunitarias en empresas europeas y viceversa. Así, afirmó que aunque el objetivo de perseguir «campeones nacionales» sonaba «muy bien», la experiencia ha demostrado que sólo las empresas de dimensión europea tienen tamaño suficiente como para ser «campeones».
Ramírez fue el encargado de presentar ante el foro -organizado por “El Mundo”, “Expansión”, Evade y la Universidad Carlos III de Madrid– a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, a la que elogió por ser «especialista en soluciones eclécticas» y en «concertar inteligencias». Así, opinó que para avanzar hacia el fin de la crisis es necesario «mejor Estado, mejor mercado, más Europa y más María ‘Teresas’ Fernández de la Vega en los gobiernos». «Incluso en los partidos de la oposición», apostilló.
De la Vega, por su parte, mostró su «asombro» ante quienes se empeñan en defender políticas que han mostrado su verdadero rostro: «fracaso en lo económico, conflicto en lo internacional y tensión en el ámbito social». No ha citado a nadie en concreto, pero ha hablado sólo tres días después de que el ex presidente del Gobierno José María Aznar criticara públicamente la política «rancia» del Ejecutivo del PSOE y las posturas «socialdemócratas apolilladas» y apostara por continuar con la política que «se ha demostrado que ha producido mejores resultados», en referencia a su etapa de Gobierno.
Para De la Vega, produce «perplejidad» ver que alguien insiste en recomendar el radicalismo neoliberal, una ideología vigente desde los años ochenta «irresponsable en los dividendos e intransigente en los valores». Esta ideología, a su juicio, demonizaba la protección social y clamaba contra todo intervencionismo en lo económico, mientras que «predicaba y practicaba el intrusismo» en lo más privado: las opciones personales y la propia vida moral.
Las turbulencias financieras, ha sostenido De la Vega, no sólo han hecho tambalearse la economía global, sino que han provocado también «el colapso definitivo» de esa ideología, y líderes políticos que ayer defendían la ortodoxia neoliberal han pasado a apostar por un Estado que garantiza, supervisa y regula el funcionamiento real del mercado. No obstante, ha querido dejar claro que la economía de mercado no corre ningún peligro.
El Gobierno, ha asegurado, no quiere la vuelta «a un trasnochado estatismo» ni un Estado «paternalista» y no desea «más barreras ni proteccionismo». Su objetivo, según ha explicado De la Vega, es un mercado libre con controles y reglas claras que garanticen su eficiencia y previsibilidad y con un modelo de bienestar adaptado a las nuevas circunstancias. «La realidad ha mostrado que la mano invisible del mercado necesita la mano bien visible del Estado que actúe como garante y salvaguarda de la estabilidad económica y también de la justicia social», ha manifestado.
