(PD).- Francesc Sanuy escribe este jueves una columna en el Periódico de Cataluña con el significativo nombre de «Del Olmo no se merece este trato«. «Al contrario que la Brunete mediática madrileña, Del Olmo no ha aceptado, compartido ni practicado estos planteamientos. Él jamás ha permitido que se tachara a Catalunya de insolidaria o de «nacionalsocialista«.
Hace ahora unos días, el radiofonista Luis del Olmo recibió, en solemne ceremonia en el Saló de Cent, la Medalla d’Honor del Ayuntamiento de Barcelona. Y fue objeto de un homenaje a su fecunda y dilatada trayectoria de servicio público. Lo avalan la creación en España del género de la tertulia, más de 10.000 programas de Protagonistas y una constante línea de equilibrio, moderación, pluralidad, civismo, concordia y veracidad. Y, sobre todo, su absoluto respeto al principio sagrado de la libertad de expresión.
Sigue así Francesc Sanuy su análisis sobre la concesión de licencias llevada a cabo en Cataluña por parte del Consejo Audiovisual de Cataluaña:
Choca un poco el contraste entre el galardón concedido al gran comunicador y el hecho de que, unos días antes, el CAC le hubiera denegado todas las frecuencias radiofónicas que había solicitado, mientras que a otros candidatos se las concedían con gran profusión. No osaré negar a un organismo independiente el derecho a aplicar un grado determinado de discrecionalidad arbitraria a la hora de otorgar licencias. De hecho, es justo lo que hacen las otras autonomías.
Y hace ahora referencia a la Cope:
Es más, creo que quienes apuestan por la arenga permanente, el odio, el insulto, la falsedad, la mentira, la manipulación y el recurso visceral a las pasiones más bajas se excluyen ellos mismos del juego democrático. Al contrario que la Brunete mediática madrileña, Del Olmo no ha aceptado, compartido ni practicado estos planteamientos. Él jamás ha permitido que se tachara a Catalunya de insolidaria o de «nacionalsocialista».
Concluye:
Siempre se había dicho que, para mejorar su imagen en el resto de España, Catalunya necesitaba medios de comunicación hechos aquí, con mentalidad de aquí y, por encima de todo partidismo, capaces de plantear la auténtica realidad y superar las percepciones y distorsiones creadas por los fabricantes de enemigos interiores. Pues bien, este periodista veterano, curtido en mil batallas, no ha sembrado nunca vientos de los que causan tempestades. Alguien se debería preguntar si lo que le han hecho no es un caso de «pire que un crime, c’est une erreur». No se lo merece, y le necesitamos más que nunca como antídoto de muchas agresiones injustas. Gracias, «compañero del alma, compañero».
