(PD).- Siempre luchando por el más débil, defensor incansable de la justicia y un liberador de oprimidos. Así era el Capitán Trueno. Y Rajoy, según ZP, no tiene nada que ver con el mítico caballero medieval. Al menos, así le ha respondido el propio presidente a Raúl del Pozo, cuando le ha preguntado por la «bajada de pantalones«.
Raúl del Pozo cuenta a los lectores de El Mundo «La copa de Navidad en Moncloa». Antes de pasar a una suculenta anécdota, el prestigioso periodista da su opinión sobre los caros «WC tuneados» en Moncloa que denunció el Partido Popular:
«La diputada Dolors Nadal se escandaliza de que se hayan gastado 45.000 euros en alquilar los váteres. Ha metido de rondón a los 644 asesores; lo de los asesores, bien, pero el coste de los retretes me parece modesto. Con ese dinero no llega para adornarlos con cristal de Swarovski.
Enterado de que hay nuevas cañerías, me he acercado a la copa de Navidad. En otros tiempos, hasta Moncloa llegaba el hedor del aprendiz de río y la vaharada de las vacas tísicas de la Facultad de Veterinaria, aunque el meublé nunca olió tan mal como El Elíseo, no sólo porque el aire de los palacios no es nunca ligero ni porque el tiempo se lave las manos sucias en los tapices, sino porque solían emplear la mierda real como abono para los rosales».
Del Pozo cuenta su conversación con el presidente del Gobierno, en el que toca -vuela pluma- diversos temas de actualidad, entre ellos la «bajada de pantalones» ante los nacionalistas para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, de la que le ha acusado Mariano Rajoy.
Hablo con el presidente con un vaso de agua en la mano, junto a Carmen Rigalt, en el instante en que se acerca el jefe de seguridad; le dice algo al oído.
-Era yeso -me dice acerca de los sobres que han llegado a la embajada americana.
-Está preparándose una huelga general -comento.
-¿La de Cayo Lara?
-Y los sindicatos.
-Vengo del Congreso de CCOO. Me reúno frecuentemente con los sindicatos. Mi Gobierno está comprometido con el diálogo social y la protección de los parados.
-Pero no apoya a Fidalgo.
-Fidalgo es paisano, de León; ahora nuestra relación es muy cordial.
-¿Cómo está la cosa?
-Así así.
-¿Dónde va a pasar la Navidad?
-En Doñana.
-Allí surgirá la Crisis de Doñana.
-¡¡¡NO!!!
-Le ha dicho Rajoy que se ha bajado los pantalones.
-Sí, como si él fuera el Capitán Trueno.
