Miguel Pato y Paul Monzón (PD)-. Albert Montagut, cuyo primer contacto con el periodismo fue una carta al director enviada a La Vanguardia, habla de su profesión (de su oficio) con el ojo crítico que se puede permitir aquella persona que sigue dentro. El director de ADN hace un repaso a las últimas décadas de la profesión periodística en las páginas de “Fe de errores” (Ed. Temas de Hoy).
Albert Montagut, sobre el cierre de la versión online de su periódico niega que la cabecera se vaya a quedar sin plataforma digital. Pero sabe que por delante tienen un camino difícil y que han aprendido de los errores.
Uno de los primeros escollos que describe es que el peor enemigo del periodismo es su propio entorno.
“Nos cansamos de solucionar problemas que no tienen nada que ver con la información del día a día. Peleas, celos, problemas económicos. Se echan de menos las presiones políticas para que no publiques algo. Problemas relacionados con la información y no con la empresa.”
REPORTERISMO
La piedra angular de “Fe de Errores” lanza un grito de ayuda para salvar al reporterismo de la agonía en la que se ha instalado.
“Es una forma de hacer periodismo que se está perdiendo a favor de otras. Hoy, de las escuelas de periodismo salen informadores, que lo hacen bien, y se limitan a transmitir mensajes.”
Pero el director de ADN subraya que el periodismo es algo más que trasmitir una noticia. Así, para transformar a un informador en un periodista basta con enriquecer una escueta nota de agencias en un reportaje o en una crónica.
En su ánimo, así se descubre también en “Fe de errores”, está la defensa del término Periodismo en su más ajustada definición. Un término y su contenido que en España, percibe Albert Montagut, está en crisis.
“No ha habido una cultura con la que explicar qué es la prensa. En la Transición nos olvidamos de generar el peso que el periodismo significa para los anglosajones. Hoy la mayoría de la opinión pública no distingue entre un showman y un periodista”
De las plataformas digitales. Montagut defiende que aunque son más telegráficas, en ellas también se podrían colgar grandes historias.
“Aún nos creemos que Internet es el pulso del minuto. Es eso y también la posibilidad de entrar en un texto que te haga reflexionar”.