Alberto Vázquez-Figueroa: «A Al Gore le molestó mucho mi verdad incómoda»

Alberto Vázquez-Figueroa: "A Al Gore le molestó mucho mi verdad incómoda"

Miguel Pato y Ana Avellano (PD)-. Con 30 amigos y 30 camellos quejumbrosos salió el rey Saud de su exilio en Kuwait a recuperar su reino ocupado por el gran imperio otomano. Pero venció. Les venció una y otra vez… Esta es la historia de un ser real, un canto a la aventura que Alberto Vázquez-Figueroa ha plasmado en su novela “Saud el leopardo”.

Un hombre, como explica el autor, dotado de una inteligencia especial. En el desierto, dentro del desierto, cuando encontró a una mujer que le ofreció agua, Saud le dio dinero para recompensar a su amo. “Quien abre un pozo en el desierto merece su justa recompensa”, le dijo Saud a la mujer.

Este pensamiento sobre el agua da pie a Vázquez-Figueroa para hablarnos de una de sus grandes pasiones: solucionar el problema del agua cuya solución es uno de los puntales sobre los que se asentará nuestro futuro.

“Pero en el póker, como en la vida, lo importante es saber cuál es el momento. En mi vida fui muchas clases de cosas y con mucha frecuencia equivoqué el momento.”

Alberto Vázquez-Figueroa sabe que hace más de una década cuando comenzó a pensar en este proyecto se adelantó y aunque “me ha producido muchos problemas, no me arrepiento.”

“He escrito ochenta libros y tal vez Tuareg pase a la Historia pero no es importante. Ahora, si soluciono el problema del agua salvaré la vida a miles de personas.”

Hace tiempo, Al Gore le quiso reclutar como uno de sus “apóstoles” del cambio climático. Viajó a Sevilla donde Gore insistía en que España debería de invertir en energía eólica. Alberto Vázquez-Figueroa le dijo que eso no era nada rentable en nuestros país. En las horas de verano que más energía se consumo no corre una brizna de viento por la península.

Al Gore se molestó tanto que ni siquiera le recibió aquella misma noche, tal y como le había prometido.

«A Al Gore le molestó mucho mi verdad incómoda. Él y otros señores se están haciendo ricos con el negocio del cambio climático”

A los quince días de aquel encuentro en Sevilla leyó en la prensa que Gore había adquirido el 10% de la empresa Abengoa, principal empresa española en la fabricación de molinos de viento.

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