(PD).- El País y Público hacen siguidismo del Gobierno hasta en los festejos. Zapatero ha decidido no celebrar el primer aniversario de su segunda victoria electoral, y ambos medios de comunicación -con su tropa opinadora detrás- silencian la efiméride. No así el resto de periódicos. Y la somanta es de órdago. En las corridas de toros se dice siempre que «no hay quinto malo», pero la norma no parece aplicable a ZP. Su quinto año como presidente ha sido desastroso.El aniversario más negro de ZP.
En ABC, además de su editorial –El año más negro del Gobierno-, los columnistas han caído en tromba sobre Zapatero, a un año de su victoria electoral. Manuel Martín Ferrand, en el diario de Vocento, deja escrito:
«La pasividad de José Luis Rodríguez Zapatero, que ayer cumplió su primer año desde la renovación de su contrato como inquilino de La Moncloa, clama al cielo. Parece que también le gustan los «negros nubarrones». Primero se negó a reconocer la existencia de las crisis que nos azotan y ahora, cuando ya no le queda más remedio que admitir su virulenta existencia, se pone de perfil y trata de trasladar a los demás la génesis del mal».
En este mismo periódico, Tomás Cuesta opina:
«Reconozcan conmigo que, en éste caso al menos, lo criminal no quita lo clarividente. La prueba es que, hoy por hoy, mal que nos pese, vivimos confinados en un gráfico que interpreta el papel de la profana providencia. Hemos sustituido las tablas de la ley por las tabulaciones y los coeficientes. Nos hemos resignado, en resumidas cuentas, a ser el resultado de una ecuación estéril. No todo se ha perdido, en cualquier caso, si la realidad arrambla con el sopor y la ceguera. Una hoja de cálculo ni siente ni padece. Sin embargo, unos ojos bien despiertos son capaces de ver en la espesura que camufla los embustes del Gobierno».
Hermann Tertsch, en el mismo diario, hace balance:
«No debiera extrañar a nadie que el Gobierno de España, el Partido Socialista y todo el movimiento de la Zeja haya decidido no montar grandes celebraciones con motivo de cumplir el primer año de legislatura, el VI Año Triunfal. Las alharacas desplegadas en los anteriores aniversarios de la llegada de la era Z fueron, lo digo sin ironía, grandes eventos perfectamente organizados y de la mayor repercusión. Ahora cada día hay menos margen para la broma. Gracietas, las mínimas».
Antonio García Barbeito celebra el cumpleaños con una estupenda columna:
«Me imagino la celebración de primer cumpleaños que soñaba el presidente del Gobierno cuando marzo se apellidaba 2008: una gran tarta con la forma del mapa de España y en el centro una vela, una vela en la que hubieran escrito las palabras «Primer año triunfal» (o algo así, vamos), una vela con una llama nerviosa como un pajarillo sujeto con liria, aleteando en su cárcel del pabilo como una pirausta, y el presidente que se acerca y, como un bebé, sopla suavemente, primero, hasta que la llama se asuste como queriendo echar a volar, y después, el soplo más fuerte que la apaga mientras, entre aplausos y coro de «cumpleaños feliz», el humillo sale del pabilo renegrido y en el salón se cruzan serpentinas y se sueltan globos.
Eso era lo soñado para el primer cumpleaños de su segundo Gobierno. Pero, visto lo visto, más vale ni nombrarlo. No está la cosa para celebrar cumpleaños, porque hay años que, más que cumplirse, se nos vienen encima, nos aplastan, y así fue 2008, y ya veremos 2009. Así que de momento no hay plan de tarta de celebración en el Gobierno, ya que el personal anda a ver si es capaz de aliviar el luto por la crisis, que no destiñe su negro, antes que pensar en tartas y en velitas. Y mientras Carmen Calvo -oh, adivina- ha descubierto que Obama ganó por su perfil femenino, nosotros hemos llegado a la conclusión de que hemos perdido porque Dios nos ha dado la espalda, que hasta Dios se habrá quedado sin preguntas para Rodríguez Zapatero hecho ya a que Rodríguez Zapatero para todos tiene la misma respuesta, y no se ha demostrado aun que en esa respuesta diga la verdad. Así que lo de la tarta y apagar velas, que lo dejen. Nosotros, en cambio, no: lo mejor que podemos hacer es comprar velas, muchas velas, y ponérselas a Dios, bien encendidas y cuidando de que no se apaguen, a ver si el cielo se apiada de nosotros, porque como Dios no arregle esto…»
Sánchez Dragó, en el diario El Mundo, escribe:
«Frase de Cicerón en la portada de este periódico: lo falso no dura mucho. Ya, pero ZiPiZaPe lleva cinco años en La Moncloa. ¿Se aburre? ¿Quiere que nos dediquemos a follar con rusas? ¡Por fin hace una propuesta constructiva! ¿Significará ese lapsus que se le está yendo la olla?»
Raúl del Pozo, en este mismo periódico, escribe al hilo:
«En la Mascletá lo peor es taparse los oídos y el presidente del Gobierno no lo suele hacer. Su declive estaba escrito antes que en el guiñol de escayola en el año que se acercará a los cinco millones de parados. En este momento quien se abrace al ninot del Gobierno se abrasará, avisa la oposición. Así que veremos a Rita Barberá en el balcón y a ZP ardiendo en la plaza, que fue de masones, republicanos y esperantistas. Sólo faltará Nerón».
Carlos Carnicero, en el Periódico de Cataluña, concluye:
«Los viejos voluntarismos, el optimismo como metodología política, empiezan a ser insultantes en el universo de parados agobiante; se adivinan crisis sociales que no tienen respuesta política y que llevarán inexorablemente a que la procesión que ahora deambula por la Moncloa acabe como el rosario de la aurora».
