La sonora bofetada de Prisa que golpeó a ZP cuando aún olía a Obama

(PD).- Parodiando la canción, la izquierda cuando pega, es que pega de verdad, aunque a alguna le interesa… pegar por necesidad. ZP, de viaje por Eurobama, ha sufrido el «fuego amigo».

Subraya Antonio Martín Beaumont en El Semanal que hasta este domingo parecían meros rumores. Fundados, sí, pero sólo rumores. El Gobierno de Zapatero ha agotado su recorrido. Eso es evidente. La convocatoria de un Consejo de Ministros en Miércoles Santo parecía toda una declaración de intenciones. Y la ansiada foto con el nuevo Presidente de los Estados Unidos era la oportunidad mediática para convertir la remodelación en un empujón para la política del PSOE, más que renqueante en todas las encuestas. Qué mejor que cambiar de ministros aún con el aroma a Obama prendido en las ropas del presidente. En fin, hasta aquí, todo conjeturas.

La gran novedad de esta nueva crisis es su confirmación, precisamente, gracias a la guerra civil mediática que vive la izquierda. La Cadena SER filtró y confirmó los cambios en el Gobierno, echando por la borda los tiempos planeados por Zapatero y su ejército de asesores. Si el presidente no complace a Prisa, Prisa no complace al presidente. Y las portadas del lunes, que en los deseos de La Moncloa debían ser ocupadas por Barack Obama y José Luis Rodríguez Zapatero, se han llenado con los nombres de una crisis. Zapatero, que conquistó el poder con una excelente gestión de los medios y con el apoyo de Prisa, ahora prueba su amarga medicina.

Sabemos que el Gobierno tendrá probablemente tres vicepresidentes -Elena Salgado, Manuel Chaves y María Teresa Fernández de la Vega-, que Salgado sustituirá a Pedro Solbes al frente al área económica, que Chaves deja Sevilla para ponerse al frente de la política territorial con sus propias encuestas cayendo en picado frente al popular Javier Arenas, y que José Blanco traslada sus bártulos de Ferraz al Ministerio de Fomento con la doble misión de sustituir a Magdalena Álvarez y –quizás- preparar su desembarco en Galicia. Es lo que tradicionalmente se habría llamado una «crisis total» de Gobierno: hay sustituciones en ministerios clave, previsiblemente habrá fusión y supresión de carteras y el baile de cargos se extiende a las autonomías del PSOE. Veremos si estas previsiones al final se confirman en todos sus términos o símplemente han sido humo para aguar la fiesta internacional zapateril.

Con todo, poco hay de tradicional en esta crisis. Zapatero, que criticó una y otra vez a Aznar que lanzase desde tribunas internacionales iniciativas internas, ha caído de bruces en la misma trampa. Esta vez la red se la ha tejido, además, su antes aliada Prisa. Pretendía apoyar la crisis en sus éxitos internacionales y se ha topado con la crisis fuera de España.

Seguramente no era ni en Praga ni con el turco Tayyip Erdogan donde quería responder a las primeras preguntas sobre esto el líder del PSOE. Además, otra vez, el Rey de España se va a enterar de los cambios gubernamentales por la prensa. Otra tradición, la de despachar con el Jefe del Estado los cambios de ministros antes de que vean la luz pública, que Zapatero no tiene inconveniente en orillar cuando le conviene. Aunque esta vez, seamos justos, hayan sido sus «amigos» de la SER quienes lo han orillado. ¡Al Rey y a Zapatero!

La crisis de Zapatero es otro resbalón más de un Gobierno que vive de bruces. Encima, Prisa ha dado a sus rivales una patada en las posaderas políticas del presidente rompiéndole buena parte del ansiado «efecto Obama». Así las cosas, suma y sigue el «Mal de la Segunda Legislatura».

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